A veces tienes que defenderte y te ves obligado a hacerlo con lo primero que encuentras a mano. Y a veces el arma que acaba en tus manos no es la que te gustaría tener en caso de encontrarte en el campo de batalla. Pero en las películas hemos visto a muchos héroes de acción defenderse con una maldita botella, así que, sin miedo.
Más o menos eso debió pensar el dependiente de este dispensario de marihuana de Tyendinaga, en Ontario (Canadá). Cuando cuatro hombres -aparentemente de oriente medio- entraron en el local lanzando spray usado para espantar a osos agresivos. Sus compañeros se agacharon y escondieron debajo del mostrador, pero él no.
Él surgió de debajo con una cachimba -bueno, técnicamente es un bong- en la mano, blandiéndola como Luke Skywalker su sable de luz, es capaz de esquivar una caja lanzada por uno de los -suponemos- sorprendidísimos ladrones, que vista la feroz resistencia decidieron salir pitando de ahí. En el último momento vemos como el protagonista lanza un golpe, rompiendo en mil pedazos su sorprendentemente eficaz arma mientras emite todo tipo de amenazas.
Los ladrones se las apañaron para huir en un coche y no han logrado ser identificados y todo lo sucedido sigue bajo investigación. Aunque estamos bastante seguros de que se lo pensarán dos veces antes de intentar volver a atracar esa tienda. Y visto lo visto, aún tuvieron suerte de que no era una tienda de cuchillos.
Aunque posiblemente ningún episodio de armas improvisadas iguale a lo sucedido en el atraco en este sex shop de San Bernardino, en California. Un hombre armado entró en la tienda el 14 de diciembre de 2016 y parecía que todo iba según lo planeado hasta que en un momento de distracción, las dos empleadas aprovecharon para comenzar a lanzarle objetos. ¿Y qué tenían a mano en un sex shop? Exacto: vibradores y dildos.