Cerca de un centenar de cadáveres de víctimas de delitos que no cabían en la morgue están almacenados en un camión frigorífico que deambula por las carreteras mexicanas. El trailer ha estado abandonado un par de veces, en los pueblos de Tlaquepaque y Tlajomulco, al oeste del país, durante varios días.
La alcaldesa del primero de los pueblos, donde estuvo estacionado en un finca sin permiso municipal, denunció ante los medios locales que el secretario general de Gobierno del estado de Jalisco, Roberto López, y el titular del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), Luis Octavio Cotero, estaban al tanto de la carga del vehículo y habían admitido que no había sitio en las instalaciones estatales para los cuerpos.
La presión de la regidora obligó a que el Gobierno retirase el camión y buscase una nueva ubicación, en una finca en Paseos del Valle, una colonia de Tlajomulco. Los vecinos no tardaron en quejarse del olor fétido y de la sangre que salía de su interior. En declaraciones a EFE, el responsable del IJCF afirmó que la Fiscalía es la responsable del trailer, desmintiendo que hubiese en su interior 157 cuerpos, como escribieron varios medios, sino "la mitad".
A la espera de sepultura
Desde la Fiscalía han confirmado que el camión se encuentra ahora en una bodega de su propiedad, pero todavía no han informado sobre su futuro más inmediato. El secretario general de Gobierno de Jalisco, sin embargo, sí ha adelantado que se construirá un "campo experimental forense" en el municipio de Tonalá, destinado a enterrar y cremar hasta 700 cadáveres sin nombre.
Se trata de una petición que ya habían realizado desde la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ), que ha abierto una investigación de los hechos. Insisten desde el organismo que antes de dar sepultura o incinerar a los cuerpos tienen que estar debidamente registrados, con datos completos y perfiles de ADN.