Si los tuiteros pudieran haber elegido un careo entre dos políticos, posiblemente hubieran elegido como sus campeones a José María Aznar y a Gabriel Rufián. Dos personajes amados por muchos y odiados por otros -y quienes aman a uno se solapa bastante con quienes odian a otro-. Parecía un sueño imposible, pero los hados del destino se han puesto juguetones, llevando al expresidente a la comisión de investigación por la presunta financiación ilegal del PP. ¿Y quién está ahí, con su chulería e infinitas ganas de ser trending topic? Efectivamente, Rufián.
Frente a frente y con la música de El bueno, el feo y el malo sonando de fondo. Parecía evidente que no íbamos a sacar nada en claro de tal enfrentamiento, pero por lo menos podríamos reír un rato -por no llorar-. Y así ha sido. Ha sido un partido entre dos equipos con ganas de tener el balón, de ser protagonistas, sin intención de resguardarse en la trinchera.
Y al final, se ha visto quién lleva media vida como diputado y quién vive del aplauso de medio millón de seguidores en Twitter:
Y es que Rufián venía preparado de casa, aunque esta vez sin impresora:
La cosa se esperaba más o menos así:
Y es que Rufián es un muy buen troll, pero resulta que hoy se ha encontrado con un troll mayor.
Las referencias de Rufián a la Guerra de Irak han sido continuas, y a sus encuentros con dictadores como Gadafi o Obiang, a pesar de que el tema era otro. Todo muy vintage.
Pero Aznar ha sido como Nadal, que no sabes cómo pero te devuelve todas las pelotas. Y es que es perro viejo y ya le iba bien hablar de lo que sea menos de la presunta financiación ilegal del PP, mientras que a Rufián le daba igual, él solo había venido a ser trending topic:
Mientras esta gente discutía de cosas sin importancia, la gente que sabe se fijaba en lo importante:
Si algún día hacen una película sobre Aznar, tenemos ya el actor ideal:
Y todavía falta Pablo Iglesias por preguntar...