Cuidarse de no dejar ciertas cosas al alcance de los niños parece una obviedad; pero resulta que no lo es tanto y hay padres que necesitan que se les tatúe esa frase en la piel para que les quede bien grabada y no poner en peligro la vida de sus hijos.
Un niño de 8 años y tres de sus amigos, con edades comprendidas entre los 7 y los 9 años, han tenido que ser hospitalizados después de haber ingerido por error pastillas de éxtasis que se confundieron con caramelos.
Ha ocurrido en la localidad de Riau, en Indonesia. Según el relato que han recogido varios medios, el padre del niño, que identifican con las siglas H. R. y tendría 46 años, habría olvidado una bolsa con las píldoras verdes en la parte trasera de su coche.
Repartiendo entre los amigos
Su hijo pequeño, de 2 años, probó una y la escupió porque no le gustaba el sabor. Después se las pasó a su hermano de 8 y fue este quien las llevó a la escuela para compartirlas inocentemente con sus amigos pensando que eran caramelos. Poco tiempo después de consumirlas los pequeños comenzaron a marearse, a tener un fuerte dolor de cabeza y a vomitar.
Con los niños en manos de los médicos para paliar la intoxicación, el Departamento de Policía de Riau inició su investigación, que les llevó hasta H. R., del que se sospecha que puede ser traficante de drogas después de que los agentes hayan descubierto más sustancias entre sus pertenencias. Ahora se enfrenta no solo a los cargos por tráfico, sino también al de negligencia por haber puesto en peligro la vida de su hijo y sus amigos.