Un helicóptero sobrevuela desde principios de septiembre el Olympic National Park de Washington con un objetivo: dar caza a la mitad de la población de cabras que viven allí desde principios del siglo XX. El motivo no es otro que garantizar la seguridad de los turistas que quieran visitar el lugar después de que hayan sido atacados por los animales, que han confundido a las personas con su alimento.
Las cabras buscan sal, que tienen a su disposición en su hábitat natural pero no en el parque, así que han encontrado una alternativa, el sudor y la orina de los humanos. Las escenas de acoso y agresiones de los animales hacia las personas se han venido sucediendo hasta que las autoridades han decidido ponerle remedio llevándose al 50 % de la colonia, unos 325 ejemplares.
El Servicio de Parques Nacionales, el Departamento de Pesca y Vida Salvaje de Washington y el Servicio Forestal Nacional coordinan el operativo, que consiste en capturar a los animales después de sedarlos y trasladarlos a las montañas de North Cascade, de donde son originarias las cabras. Allí, además, se ha reducido notablemente su número y la repoblación es necesaria, con lo que estarían matando dos pájaros de un tiro, explican en Gizmodo.
Desde los años 20
Un grupo de cazadores de Columbia Británica y Alaska llevaron los primeros ejemplares de estas cabras a este lugar de Washington en 1920. Eran una docena, pero en estos años no han dejado de multiplicarse y rondan los 700 ejemplares en total.
El equipo intentará llevarse la mitad, pero no ocultan que, si no son capaces de cumplir su objetivo, algunas de las cabras podrán ser sacrificadas. Por el momento el plan está funcionando: sedan a los animales, los transportan en helicóptero hasta una camioneta, se les realizan pruebas y se les pone un collar GPS. Después viajan en un camión refrigerado hasta North Cascade, su nuevo hogar.