Que la ciencia avanza que es una barbaridad no es algo que nos sorprenda ya que ha permitido que la tecnología evolucione hasta campos insospechados. ¿Y cuál es uno de los campos que se beneficia de la investigación? No hay duda: el del sexo. Desde juguetes sexuales cada vez más complejos y conectados al smartphone a imitaciones del ser humano diseñadas exclusivamente para fornicar. Podría parecer un argumento de Blade Runner, pero no: existen unas muñecas sexuales tan realistas que podrían pasar por una mujer real. Y claro, la evolución natural de ese tipo de artículos para adultos es ofrecerlos en alquiler a aquellos que deseen probar la experiencia de meterse en la cama con ellas.
Fabricadas en silicona, con rasgos que rozan lo humano, diseñadas con atributos sexuales al gusto del cliente, preparadas con los orificios oportunos para dar placer... Y no solo mujeres, también están disponibles los muñecos sexuales de hombres con penes erectos al gusto. La fabricación siempre es manual, no se hace en serie. De ahí los precios tan elevados que alcanzan estos artículos.
Los burdeles de muñecas sexuales aún no son demasiado populares, pero se están expandiendo por todo el mundo gracias a la enorme evolución que existe en el terreno de las muñecas hiperrealistas. De hecho, son los propios fabricantes de muñecas quienes ofrecen un servicio de "prueba antes de comprar". O lo que es lo mismo: prostitución de muñecas, una perversión que raya en la parafilia.
KinkysDolls es uno de los fabricantes de muñecos sexuales hiperrealistas. Dispone de un catálogo amplio donde elegir, incluso permite la personalización de la compra. ¿Que te sobran entre 2500 y 3500 dólares? Puedes meter en casa una réplica humana a tamaño real que estará siempre dispuesta a dejarse hacer lo que te dé la gana. Pero, si no tienes ese dinero y simplemente quieres probar la experiencia, existe la opción de acudir a un burdel y pagar por horas de coito con un modelo de prueba. Se ve que el futuro era esto.
Dado que pagar una fortuna por una muñeca para que luego no cumpla con las expectativas es una faena, KinkysDolls ofrece un servicio de alquiler para probar antes de comprar. La marca ya disponía de una tienda con habitaciones privadas en Toronto, sede de la empresa, y planeaba la apertura de un local en Houston, Texas, para ofrecer su carne de silicona a todo aquel que sintiese la curiosidad de probarla. Las autoridades de Houston, alertadas por los grupos religiosos, no estaban por la labor y bloquearon la apertura del negocio sentando precedente contra cualquier otro burdel de muñecas que pretendiese abrir en la ciudad. Los abogados de KinkyDolls se encuentran en el proceso de apelaciones contra una decisión que consideran ilegal. Según los abogados, existía una ley en Texas que declaraba ilegales los burdeles de muñecas sexuales, pero dicha ley fue considerada inconstitucional hace diez años.
El suceso de Houston es un pequeño escollo para una expansión que no tiene freno. También en España: la empresa LumiDolls, otro fabricante de muñecas sexuales hiperrealistas, dispone de varios burdeles en Europa, uno de ellos en Barcelona. Al menos así lo promociona en su página web, porque esta marca sufrió el cierre de uno de sus establecimientos: tuvo que clausurar el burdel de Turín a consecuencia de una mala higiene.
En EL ESPAÑOL hicimos un profundo reportaje a uno de los burdeles de muñecas sexuales: el que se encontraba situado en Barcelona. Por 80 euros resultaba posible pasar una hora a solas con una amante pasiva de silicona. David López, autor del reportaje, tuvo una de las experiencias más bizarras de su vida.