Sin salir de los camarotes
Las familias optaron por salir lo menos posible a las zonas comunes, invadidas por los fiesteros, y refugiarse en el interior. En las cubiertas, según los testimonios, bailaban mujeres con poca ropa. Pero eso no fue lo único, los juegos de azar del casino llegaron a cancelarse por no contar con la suficiente participación.
El marido de Riini, Daniel, relata que "terminamos con el personal del crucero haciendo nuestros propios juegos. Christine Weyling, otra de las pasajeras, lamentó que la compañía no les hubiese advertido de que un grupo tan grande estaría a bordo: "fue una locura... las conejitas de Playboy sabiendo que es un barco familiar. Deberían de habernos avisado".
No obstante, Royal Caribbean decidió devolverles el dinero a los pasajeros afectados. En declaraciones a los medios la compañía avanzó que estaban investigando lo sucedido a partir de las protestas "para garantizar que no vuelva a suceder".