Las tierras no son suyas, pero hace años que cuida de ellas -igual que otras de la zona-, y no iba a permitir que unos coches aparcados en el lugar impidieran que él realizase su trabajo con la debida diligencia. Él se levanto temprano, se subió a su tractor Kubota y se trasladó desde O Carballal, donde reside, a Lugo se dispuso a arar.
El lugar en cuestión se encuentra junto a una de las avenidas más transitadas de la ciudad, tal y como explica La Voz de Galicia. La cuestión es que con motivo de las fiestas de San Froilán el terreno había sido habilitado como parking y había varios vehículos en él. Al verlo, se dirigió primero a otra finca más pequeña que también atiende, con tal de dar tiempo a los dueños de los vehículos para que los retirasen. Cosa que no ocurrió.
"Tengo que dejar el suelo preparado para la fruta antes de que llueva más", declaró al diario gallego, aunque lamentó "no poder dejar el trabajo bien acabado porque hay coches aparcados". Él aró lo que pudo. ¿El resultado? Que los vehículos ya no podían salir:
"He tenido que dejar esos cachos", se quejó el hombre de 68 años. La parcela fue usada durante el puente como aparcamiento durante el puente y las fiestas debido a la falta de espacio en el centro de la ciudad. El viernes estaba repleto de coches perfectamente alineados, y se fue vaciando a lo largo del fin de semana. Sin embargo, uno de los conductores cuyo coche ha sido sitiado por el labrador no lo pudo sacar debido al barro causado por las lluvias del fin de semana, por lo que decidió dejarlo.
No podía imaginar que a su regreso, la imposibilidad de sacar el vehículo se debería a una situación tan surrealista como es el que hubieran arado el terreno alrededor de su desdichado coche.