Su buen aceite de oliva, sus buenos huevos y las patatas en un punto muy concreto: ni duras ni desechas. Luego, para algunos, la cebolla imprescindible, pochadita e integrada. La tortilla española es una de las maravillas culinarias de nuestro país y uno de los bocados más exportados de nuestra dieta. Y, también, por qué no decirlo, más versionado.
Hasta hace poco tiempo el primer documento histórico en el que se hablaba de la tortilla de patatas era un escrito anónimo dirigido a las Cortes de Navarra en 1817, explicando las míseras condiciones en las que vivían los agricultores: "...dos o tres huevos en tortilla para cinco o seis, porque nuestras mujeres la saben hacer grande y gorda con pocos huevos mezclando patatas, atapurres de pan u otra cosa...".
Los precursores extremeños
La leyenda afirmaba que fue el general Tomás de Zumalacárregui quien inventó el plato durante el sitio de Bilbao para saciar de forma rápida y nutritiva el hambre del ejército carlista. Otra versión, también recogida en la Wikipedia, adjudicaba su invención a una ama de casa navarra cuyo nombre no ha tarscendido, que le sirvió al general un revuelto de patatas y cebolla cuando este paró en su casa buscando alimento durante las Guerras Carlistas.
Recientemente, en el libro La patata en España: historia y agroecología del tubérculo andino, escrito por el científico del CSIC Javier López Linaje, confirma el origen de la tortilla en la localidad extremeña de Villanueva de la Serena, en la provincia de Badajoz, dos décadas antes de los hechos descritos en la leyenda navarra.
La surrealista versión de Chelsy
Tres siglos después, la tortilla sigue siendo un imprescindible en el menú de los españoles, pero también les alegra el mantel a personas de todo el mundo. Sin embargo, quizás en una suerte de teléfono estropeado de cuchillo y tenedor, su receta ha llegado algo distorsionada al otro lado del charco.
En concreto, los tuiteros no salen de su asombro con la versión de Chelsy:
El plato de la mujer, un batiburrillo de alimentos difíciles de distinguir, parece de todo menos tortilla española, como ella asegura. Y, claro...
El vídeo ha dado tanto juego que incluso ha saltado EL GRAN DEBATE nacional: ¿con o sin cebolla?:
Deberíamos poner en marcha una campaña de crowfunding para que la pobre Chelsy pueda problar una tortilla española como Dios manda.