En vísperas de la noche más tenebrosa del año los niños de medio mundo se lanzan a la calle con sus disfraces para pedir chucherías y decir aquello de "truco o trato". Sí, hablamos de Halloween, la tradición que los irlandeses instauraron en Estados Unidos y que ahora los estadounidenses han contagiado a gran parte del resto de países.
Es el caso de Filipinas, que a priori nunca hubiésemos pensado que se trata de uno de esos lugares que han sucumbido a las calabazas y los fantasmas. Allí el Día de Todos los Santos sigue siendo una celebración religiosa, en parte por la influencia de los españoles que vivieron en el país, y el epicentro de los actos es el cementerio, donde acuden a honrar a sus muertos en familia.
Lo que ya los diferencia un poco más de nosotros es que se llevan un gran banquete para disfrutar allí e incluso cantan en karaokes. También, a juzgar por las imágenes que se han hecho virales estos días, son auténticos amos del disfraz. Estas dos niñas, Charlie y Maya, salían de esta guisa por las calles de Parañaque, una de las ciudades que componen la Gran Manila:
El vídeo, autoría de Krystal Hwang, muestra a Charlie de unos 6 años vestida de carnicera decapitadora, y a Maya, con unos 2 años, como la niña decapitada. Es tan sumamente real su disfraz que podría parecer incluso una ilusión o un efecto especial añadido después, digno de la película más terrorífica.