Hace no tanto a Pablo Iglesias le parecía un peligro para la democracia que existan medios de comunicación privados, pero parece que el hecho de que un partido político lance su propio diario no es tan problemático. Al menos eso parece por la forma que han presentado un pdf glorificado al que Pablo Echenique ha calificado de “periódico”. La mitad del camino, como panfleto publicitario de un partido, es exactamente lo que esperas, propaganda. El problema llega en el momento que tratas esas ocho páginas de tipografía morada de la forma que ha hecho Echenique.
“Por fin un diario que dice la verdad y que no huele a caca”, de lo que se entiende que para él todos los demás diarios -incluso los que se les pueden considerar amigos, que los tienen- mienten y huelen a excremento. Claro, mucho mejor fiarnos de lo que nos dice un partido político ¿cuándo nos ha mentido un partido político, eh, cuándo?
Y luego hay otro aspecto a analizar, que es esa glucosiana cursilería que invade la cabecera, empezando por el nombre -que casi parece más de una guía del camino de Santiago- pasando por lo de la edición “para la gente”. Pero lo peor de todo es el precio: una sonrisa. ¿Por qué tiene que ser tan caro para los gruñones como yo?
Y luego hay otra cuestión sobre las instrucciones de uso...
¿Quién iba a decir que esta frase de Torrente se podría aplicar a Podemos? ¿Quién?