La cómica pesadilla de un padre con la mascota del cole de su hija
En la Jungla. Un fin de semana por delante para completar un arduo trabajo: cuidar de la mascota de peluche de la clase de su hija pequeña y documentar todo lo que hace la familia.
12 noviembre, 2018 20:52Desde hace algunos años se ha venido popularizando entre los profesores una actividad productiva para los niños y temida por los padres a partes iguales: compartir un fin de semana en familia con la mascota de la clase. La idea es la siguiente: los alumnos tienen un muñeco al que cuidan entre todos a lo largo del curso y les ayuda a ir asimilando conocimientos mediante el juego. Hasta aquí todo perfecto.
El 'problema' llega los viernes y las fiestas de guardar. La mascota no puede quedarse sola en el colegio (¡¡pero si es un objeto!!) y los pequeños se la van turnando para llevársela a casa. Pero, ojo, no se trata de carretarla al hogar, dejarla en un rincón y devolverla el domingo, no. Toda la familia debe interactuar con ella, hacer planes contando con su presencia e ir sacando fotografías de las cosas que hagan juntos.
Esta terrible experiencia por la que pasan los padres y las madres de media España la ha vivido desde este pasado viernes el tuitero Eugenio d'Ors (@_ra_LA_me) y su irónica forma de relatarlo ha enganchado a miles de personas:
Perdonadme que no hable de política pero esto os lo tengo explicar.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
Hoy he ido a buscar a mi hija pequeña al colegio. La verdad es que estoy algo angustiado. Diría incluso que estresado. Os cuento.
Llego. La profesora: "Espérate un momento que te explico". Pues vaya. Llego el primero para tener que esperarme hasta el final. Paciencia. Me espero con mi hija. Yo en voz baja ya le voy diciendo "¿qué has hecho? Adelántame algo por Dios". Mi hija no sabe.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
Al fin se van todos los niños. Se acerca la profesora con una bolsa llena de objetos. De la bolsa saca una especie de monigote de trapo. Poniéndole voz de muñeco (la profesora) y con el monigote dirigiéndose a mí, me dice "HOLA, SOY TRAPITOS".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
Esto no me puede estar pasando.
La verdad es que no sé si dice Trapitos, o Trapetes, o Trapillos, es un derivado de trapo seguro, soy fatal para los nombres. Sigue dirigiéndose a mí con voz de monstruíto: "ME VOY CON VOSOTROS, ¿PUEDO?". Esto es bochornoso. No sé si tengo que hablar con el muñeco o qué.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
"Sí, claro", contesto, mirando al muñeco y luego a la profesora, que me observa sonriente. Por fin pone voz normal: "Es la mascota de la clase. Esta semana le toca a tu hija". Y yo "Ah, perfecto, pues genial, venga, hasta luego". La profesora: "Espera, espera, QUE TE EXPLICO".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
Y empieza a explicar. Saca una caja de la bolsa. "En esta caja, tu hija tiene que poner un objeto suyo que nos lo quiera explicar". Mi hija "El piano, papá". Yo: "El piano no cabe". Mi hija "Yo quiero el piano". Yo: "Luego lo hablamos". "El piano". "Cállate". Lloros.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
La profesora: "Si no cabe puede ir fuera". Mi hija "¿Ves papá? (llorando)". La profesora: "Tampoco tiene por qué ser un objeto". A ver señora céntrese. Sigue: "Puede ser una foto, un libro, un sonido (¿?), un pergamino (¿¿?? os juro que ha dicho pergamino)".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
Saca una carpeta de la bolsa: "Aquí hay unas hojas que te lo van explicando todo". Empieza a sacar cartulinas: Quién soy, Cómo soy, Mi dibujo, Mis papás, Mis hermanos... "En estas hojas se tienen que pegar fotos y al lado explicar qué es". Yo: "¿La niña?". La profesora: "Tú".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
"Fotos desde que navió hasta ahora: de bebé, del biberón, de cuando llevaba pañales, de cuando se los quitó, de cuando se cagaba encima, de cuando vomitaba la sopa, de cuando cumplió un año, de cuando llora, de cuando ríe, de cuando grita, de cuando cumplió dos...".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
Todo con su correspondiente redacción al lado. Os juro que hay mínimo treinta cartulinas para llenarlas de fotos. Yo: "Es que en casa no tengo impresora (a ver si cuela)". La profesora: "ESTO YA SE AVISÓ". Yo: "Cuándo". La profesora: "En la reunión que no viniste". Bien.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
Cuando creía que ya estaba, saca un dossier de esos de fundas transparentes. "Esto es la carpeta de Trapitos" (o Trapillo, o Traperos, o yo qué coño sé). "Aquí tienes que pegar fotos del fin de semana, y en esta hoja hay que explicarlo todo". UNA HOJA DIN A4 PARA RELLENAR.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
"Las fotos pueden ser de varios tamaños, es en plan collage. Pero tiene que salir Trapitos (o Trapote, o Trapolla, o como mierdas se llame)".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
Yo: "QUE NO TENGO IMPRESORA". Ella: "YA ME LO HAS DICHO". Se respira tensión.
Yo: "¿Y si el fin de semana no hacemos nada". Ella: "Algo haréis". Yo: "¿Además de las necesidades básicas y vitales, hay fines de semana que no hacemos nada relevante, y puede que este sea uno". Ella: "Pues tenés que hacer algo porque aquí hay que poner fotos".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
Yo: "¿Y esto para cuándo es? ¿Para el mes que viene?". La profesora: "PARA EL LUNES". Yo, acojonado y con la voz temblorosa: "¿Para qué lunes...?". Ella: "Para ESTE lunes. PASADO MAÑANA".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
A ver. POR FAVOR.
Total, que estoy de los nervios. Me han mandado deberes. Voy a ir de culo. A VER QUÉ NOTA ME PONEN.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 9 de novembro de 2018
No paro de hacer fotos para que no me falte material. QUÉ ESTRÉS.
De verdad, ¿esto es normal? AYUDADME.
Tras el terrorífico relato, con el que pueden sentirse identificadas buena parte de las familias con hijos pequeños, al llegar el doingo muchos querían saber qué había sucedido con Trapillos (o como diablos se llame) durante el fin de semana. Y sus deseos fueron órdenes:
Bueno, pues como sois muchos los que, a raíz del hilo, me habéis pedido que os cuente el desenlace de nuestra experiencia con Trapitos (o trapillo, o lo que sea), os voy a dar cuatro apuntes de lo que ha sido un inolvidable fin de semana con la mascota. https://t.co/s8OEfHnymd
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Viernes por la tarde: Trapete no sale de la bolsa. Podríamos decir que no ve la luz del sol. Tenemos visita familiar en casa y la verdad es que, en cuanto escribí el hilo, me olvidé de él. Mi hija mucho antes: mi hija se olvidó en cuanto salió por la puerta de la clase.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Bueno, no se olvida del todo. En un momento de despiste, oigo desde la cocina un ruido parecido a cuando arrugas papeles. Parecido no: UN RUIDO DE ARRUGAR PAPELES.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Adivinad qué papeles son.
Pues eso. Que mi hija, curiosa, ha sacado todos los papeles del dossier y, al intentar meterlos, como era incapaz, los ha presionado todos dentro de la bolsa, y los ha dejado completamente arrugados.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Esto no ha hecho más que empezar, señores.
Por la noche, tras intentar "planchar" los papeles arrugados, por fin sacamos a Trapero. Pienso: "haz todas las fotos que puedas ahora, que lo tienes a mano. Vete tú a saber dónde está el muñeco dentro de un rato".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Efectivamente.
Cuando quiero echar mano otra vez del muñeco, nadie sabe dónde está.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
A todo esto, le tengo que explicar varias veces a mi mujer todas las tareas encargadas, porque no da crédito. Primera discusión: "Ya te he dicho que necesitábamos una impresora".
Toda la familia buscando al muñeco. Sus hermanos, como no lo han visto y no saben cómo es, me van trayendo todos los muñecos que se van encontrando. "No", "tampoco", "no", "¿¡QUERÉIS DEJAR DE TRAERME VUESTROS PUTOS MUÑECOS!?".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Al fin aparece. Debajo de una cama. Al fondo. Busco culpables. Silencio. Miradas bajas. No quiero saber, pero creo que ha sido la pequeña. No le gusta Trapitos. No le hace puta gracia.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Hora de dormir.
"Venga, hija, duerme con Trapollis". Jajajajaajaja. NI DE COÑA. Que no y que no. "Bien, lo dejamos aquí encima". Que no, que no lo quiere ni en la habitación. Al final duerme con la mayor, que sí se ha encariñado.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Sábado por la mañana: yo me voy con sus hermanos hasta la hora de comer y la peque se queda con su madre. Hacia el mediodía me llama angustiada: Trapitos. No aparece. Otra vez se ha "perdido".
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
"Mantén la calma. Ya aparecerá". Ella: "que no aparece. He movido hasta los sofás".
En esos momentos ya empiezas a pensar en opciones: comprar otro muñeco, hablar con la profesora, cambiar de ciudad, servicios sociales, en fin, muchas cosas.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Vuelvo a casa con sus hermanos.
Cuando estoy llegando, sorprendeos.
A una manzana de casa, en la acera, veo una cosa amarilla tirada en el suelo. No puede ser. PUES SÍ. ES TRAPILLO. Mi hija mayor empieza a gritar desde el asiento de atrás: ¡EL POLLO, EL POLLO! (¿os había dicho que es un pollo o algo parecido?).
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Frenazo. "¡Baja y cógelo, rápido!".
Cuando llego a casa con Trapillo mi mujer no da crédito. Al parecer salieron a dar una vuelta con el muñeco y mi hija, en un despiste de su madre, lo dejó caer disimuladamente. ¿Os he dicho que no le gusta?
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
El sábado por la noche, con los niños acostados, acaba con mi mujer y yo buscando fotos de mi hija en ordenadores, tablets y móviles, y recopilando para hacer el álbum. Nos dan la una. Pedazo de sábado por la noche. A tope.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
El domingo, Trapito es completamente ignorado. Ni fotos ni nada. De vez en cuando lo veo por el suelo, en la mesa, en el sofá. Digamos que lo vamos apartando cuando nos molesta. En un momento dado me lo pongo de cojín en la cabeza. Es mi máxima interacción con él.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Y por fin llegamos al momento actual. He tenido que ir a la oficina para poder imprimir las tropecientas fotos, mientras el resto de la familia disfrutan de una fiesta que hacían en el cole.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
La impresora se me ha atascado y la he tenido casi que desmontar.
Cuando llegue a casa, tocará seleccionar, recortar, redactar, pegar, dibujar, colorear... todo esto con mi hija ya durmiendo. Pedazo de actividad para hacer en familia, tócate los cojones. Esto para los maestrillos que me han escrito diciendo que no entendía nada.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Muchos me habéis pedido foto de Trapolla. Os enseño dos trocitos. Si os lo enseño entero me delato. Esto se ha hecho viral, y no me apetece mucho que la maestra de mi hija me odie, que me quedan tres añitos con ella. ENTENDEDME. pic.twitter.com/Eh6nAw8m5T
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Una última cosa, para los nuevos seguidores: sabed que yo normalmente escribo sátira política, y de vez en cuando me desahogo con estas cosillas. Os invito a que sigáis siguiéndome, os lo pasaréis bien. Que seguro que no estáis de acuerdo conmigo en nada, pero me podéis insultar.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Y que me gustaría contestaros a todos pero es imposible. Trapello se ha hecho viral. Eso sí, me he reído mucho con vuestros comentarios.
— Eugenio d'Ors (@ra_LA_me) 11 de novembro de 2018
Propongo que nos rebelemos contra las actividades absurdas que nos quitan tiempo familiar y nos encorsetan. ¡VIVA LA LIBERTAD!
Buenas noches.
Maestros del mundo, pensáoslo dos veces antes de hacer pasar a las familias por un fin de semana como este, por piedad.