La publicidad siempre está ahí para movernos algo por dentro. Ahora lo que buscan la mayoría de los anuncios es tocarnos el corazón. Un buen ejemplo de ello llega a su máximo esplendor en las épocas navideñas. Nuestro anuncio de la Lotería, su equivalente británico que este año protagoniza Elton John o el lacrimógeno y distinto spot de Ruavieja que nos ha hecho reflexionar sobre el (poco) tiempo que pasamos junto a nuestros seres queridos.
Sin embargo, hay un tipo de publicidad que busca, precisamente, impactarnos. Hacer que temamos algo y que tomemos las medidas necesarias para evitarlo con todas nuestras fuerzas. En ocasiones, como ocurre con los anuncios de la DGT, con toda la razón del mundo; en otras, quizás la dramática exposición del tema no se corresponda con la gravedad del motor de la campaña.
En el imaginario colectivo hay campañas de este tipo que se nos han grabado a fuego. Quien más y quien menos recuerda aquel anuncio de la Fundación de Ayuda contra la Drogradicción (FAD) en el que se veía un gusano introduciéndose por la nariz de un consumidor de cocaína. De hecho, fue una imagen tan icónica que la entidad la recuperó en 2004.
La cuenta de Twitter llamada Anuncios Míticos (@AnuncioMitico) que, como su nombre indica, hace un esfuerzo para recuperar aquellas historias publicitarias que merecen ser recordadas, está hilvanando un hilo con algunos de los spots más impactantes que se han llegado a emitir en varias televisiones. En cuanto a efectos especiales, algunos de ellos parecen superproducciones de Hollywood: