Hoy España ha vivido en su Congreso un momento de esos que dan vergüencica ajena: Gabriel Rufián ha sido expulsado del hemiciclo después de un encontronazo con Borrell, en el que le ha llamado fascista -como llama a todo quisqui- y por no acatar las llamadas al orden de Ana Pastor. Y para rematar la jugada, al irse, uno de los diputados de ERC podría haber escupido al ministro. Todo muy de alta política, vamos.
Y Twitter ha disfrutado como un cerdo en una charca.
A Ana Pastor también le han sacado un parecido:
Luego ha llegado todo el episodio del escupitajo:
Y por cierto, hay que conocer muy poco a Rufián y a Borrell para pensar que no harían comentarios al respecto. Cada uno en su estilo, claro:
Aunque hay algunos que piden el VAR para comprobar lo del escupitajo:
Al final todo el paripé ha sido tan lamentable que hasta el Terminator de Twitter ha sacado su escopeta:
Al final, la conclusión inevitable es esta:
Pero lo que ha pensado todo España ha sido esto: