En La Jungla solemos hacernos eco de los retos virales de moda, esos campeonatos por ver hasta dónde llega la estupidez humana en los que muchos no solo se esfuerzan por superarse, también los hay que terminan haciéndose serio daño. Muchos son los que surgen, y se transmiten, a través de Instagram, Twitter, Facebook o WhatsApp, herramientas tecnológicas que se nos han hecho tan habituales que pocos recuerdan ya que hace quince años ni soñábamos con ellos. Y no creas que antes no había retos virales, más bien al contrario.
Competir por ver quién hace mejor una cosa estúpida es algo casi inherente al ser humano. Y, dado que la humanidad lleva pensando en global desde varios siglos antes de que aterrizase Internet en nuestras vidas, también fueron muchos los retos que saltaron de país en país hasta convertirse en tendencia, especialmente entre los jóvenes (como ahora). Es lo que tienen las modas, se expanden como un virus. Y si hay que demostrar que se es idiota más vale transmitirlo en grado superlativo.
¿Cuáles fueron algunos de esos retos antes de que Internet se convirtiera en la manera preferida de la humanidad para perder el tiempo? Veamos algunos ejemplos.
¿Cuánta gente cabía en una cabina de teléfono?
Ahora están en extinción, pero hubo un tiempo en el que, si querías llamar por teléfono fuera de casa, debías buscar una cabina. Habitáculos de cristal de algo menos de 1 m2 y 2 m y medio que permitían a una persona hablar por teléfono sin demasiadas complicaciones, también a un grupo de amigos. Y a más gente, que en la década de 1950 se puso de moda ver cuántas personas entraban en una de esas cabinas. Como refleja Business Insider, el "récord" se estableció en Sudáfrica con 25 personas.
Gastar bromas
Las bromas son algo habitual en canales de YouTube y similares, pero, como estarás imaginando, son tan antiguas como los seres humanos. Llamadas de broma telefónicas, bombas fétidas que se tiraban en clase para ver quién aguantaba más antes de salir del aula (recuerdo esto de niño), competir por ver quién daba el susto más grande a un amigo... Retos de este tipo han existido siempre. Infartos provocados por ellos también.
Tomar las doce uvas
La tradición también es una manera de trasladar los retos virales entre generaciones. ¿Y qué reto es más universal en España que tomar las doce uvas para inaugurar el Año Nuevo? Comer las doce uvas sin reírse, atragantarse, vomitarlas encima de la mesa y contagiar al resto la risa es digno de YouTube. En mi familia tendríamos un canal bien gracioso si uniéramos nuestros mejores momentos de Nochevieja...
Hacerse fotos con osos polares
Jean-Marie Donat, un francés coleccionista de fotografías, recopiló una serie de retratos realizados en Alemania entre 1920 y 1960. Las fotos guardan un nexo de unión: sale una persona vestida de oso polar. Una especie de reto extraño y curioso que nos dejó momentos para la historia. Como la imagen de dos soldados nazis posando a ambos lados de un falso oso.
Las locas carreras de camas
En la década de 1960 se puso de moda en algunos institutos y universidades las carreras de camas. Podría ser un reto viral de ahora, pero no: hace más de 50 años ya se hacía el ridículo empujando una cama con ruedas. Como detalla el medio Weird Universe, el récord de este curioso campeonato se consiguió en 1979 con 1980 millas.
Campeonatos de aguantar el máximo de tiempo en cuclillas
Otra de esas modas estúpidas que hubiesen arrasado Internet de haber existido. También algo aburrida, pero no por ello emocionante: el "hunkerin'", una tranquila actividad que arrasó Estados Unidos en 1959, consistía en aguantar durante horas en cuclillas. Triunfó en las universidades; donde se veían grandes grupos de estudiantes posar en cuclillas.
Maratones de baile
Ahora están de moda los bailes de Fortnite, no hace mucho disfrutábamos con los vídeos del Harlem Shake. ¿Y nuestros abuelos? Algunos con los maratones de baile, unos concursos en los que había que bailar hasta, literalmente, caer rendidos. El récord se encuentra en los 6 meses, imagina el cansancio de la pareja ganadora...
Comerse un pez vivo
En la década de 1930 se hizo extremadamente popular en Estados Unidos (dentro del ámbito estudiantil, como no) el comerse un pescado vivo. El pez dorado o "Goldfish", típico pez de acuario, se convirtió en motivo de apuesta para aquellos que se atrevían a engullirlo vivo. Como ocurriría ahora si alguien tuviese la ocurrencia, pero sin Internet mediante.