Hay dos cosas muy complicadas en esta vida: los funerales y las primeras citas de Tinder. Así que un hombre tuvo una idea brillante: juntar ambas. Ni corto ni perezoso, pidió a su flamante match que se vistiese de negro, como si le fuese a llevar a un lugar elegante con un estricto código de vestimenta. Y bueno, técnicamente así fue. Pocas quejas puede tener en ese sentido.
La protagonista compartió la historia con una amiga -que por cierto la tiene guardada como Bridget Jones, por lo que suponemos que no es la primera bizarrada que le ocurre-, quien a su vez tuvo a bien compartirlo con el resto del mundo a través de Twitter. No es descartable, de todos modos, que la historia sea un invent de esos que corren por las redes sociales. Pero cosas más raras han pasado en Tinder.
La mujer explica cómo fue a la cita esperando algo romántico y glamuroso. Todo empezó bien, él la pasó a buscar en coche y la conversación parecía ir bien. Todo dio un giro surrealista cuando ella vio un cartel en el que ponía “crematorio” y él paró el coche. Ella, en una de esas preguntas que salen más de la esperanza que del lado racional del cerebro le preguntó si se había quedado sin gasolina. Pero no.
“Nah, necesitaba venir con alguien a esto y pensé que si te lo decía no vendrías”, le contestó él, no sin toda la razón del mundo, suponemos. La mujer no tenía a donde ir, así que pensó “¿qué es lo peor que puede pasar? Es el funeral de su abuela”. No sabemos si hay casos de asesinos en serie que hayan matado a alguien en el funeral de la yaya.
Total, que los familiares estaban demasiado ocupados enterrando a la anciana que nadie se preocupó por quién era ella. Él solo comentaba “esta es Emily”. Resulta que la novia le había dejado unos días antes del triste fallecimiento y la familia estaba muy ilusionada con conocerla, por lo que para no aumentar el disgusto trazó este fantástico plan.
Preguntada por su amiga por qué no se fue, Emily -o Britget Jones- apuntó a dos razones: la primera que él la cogía de la mano mientras lloraba y, la segunda, que pensó que sería grosero pedir un Uber en pleno funeral. Añadimos nosotros que, además, no se hubiera hecho viral.
Eso sí, después del funeral no se quedó al velatorio e hizo que Necroromeo la llevase a casa. Tenemos ganas infinitas de conocer la segunda cita.