Una de las imágenes del mecanismo de la máquina de música de la que habla el relato Twitter
La misteriosa melodía ancestral compuesta para dominar el mundo
En la Jungla. El guionista Juanjo Ramírez nos ha vuelto a regalar otro de sus espectaculares hilos de ciencia ficción tuitera, esta vez sobre una enigmática caja de música.
11 diciembre, 2018 20:58No es la primera vez que traemos hasta La Jungla uno de los relatos de Juanjo Ramírez, más bien ya es un viejo conocido de esta sección. Guionista de programas como Vaya semanita o José Mota Presenta, también colabora con el El Mundo Today. Sin embargo, su faceta como escritor de microrrelatos de ciencia ficción en Twitter es la que más nos fascina.
En esta ocasión, Ramírez nos lleva hasta un misterioso agujero cavado en la Artártida hace unos 12.000 años, para acabar advirtiéndonos sobre esa melodía pegadiza que no dejas de escuchar a todas horas y que podría estar detrás de una de las grandes revelaciones de nuestra era. Ojo con lo que bailáis, siempre hay alguien mirando y tus pasos desvelarán secretos sobre ti que nunca querrías compartir...
En los meses de octubre-noviembre del año 2014, la Universidad de Pleanville organizó una expedición A LA ANTÁRTIDA.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Se adentraron hasta el mismísimo corazón del continente helado.
Allí encontraron una roca incompatible con la geología antártica.
Y la roca tapaba UN AGUJERO. pic.twitter.com/zGQm0nWJMf
Un agujero con 70 centímetros de diámetro y TRES KILÓMETROS DE PROFUNDIDAD.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Los geólogos de Pleanville llegaron a dos conclusiones a cuál más aberrante:
1- El agujero había sido hecho artificialmente.
2- El agujero tenía una antigüedad de más de 12000 años. pic.twitter.com/pAFcdvBNPF
El orificio parecía un tubo de chimenea. Las paredes estaban perfectamente pulidas. Y diseñadas para desmoronarse si alguien retiraba la roca que lo tapaba, taponando la entrada.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Si había algo en el fondo de ese agujero, alguien se había tomado muchas molestias para protegerlo. pic.twitter.com/MSZ5692q40
¿QUÉ HABÍA EN EL FONDO DEL AGUJERO?
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Los ingenieros de Pleanville tuvieron que perforar aquella extraña losa de roca e introdujeron un dron a través de la abertura resultante.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Tras un descenso de 3000 metros de profundidad, el dron rescató lo que parecían engranajes, contrapesos...
LAS TRIPAS DE UNA MÁQUINA. pic.twitter.com/Jril296HyU
Las piezas fueron enviadas al departamento de ingeniería inversa de la Universidad de Pleanville.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Allí el profesor JOHANN WOLFESTEIN las examinó detenidamente y descubrió el modo de hacerlas encajar entre sí.
NO DEBIÓ HACERLO. pic.twitter.com/QfSYfUdOue
El artilugio en cuestión resultó ser UNA CAJA DE MÚSICA.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Si viertes agua a través de uno de sus agujeros, los engranajes se mueven haciendo sonar una extraña música:
Una melodía que puso los pelos de punta a los matemáticos de Pleanville.
Y a los biólogos. pic.twitter.com/NM8bsixYm0
Se trata de una melodía atonal cuyos ritmos y frecuencias vibratorias estimulan regiones cerebrales muy concretas.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Como resultado, quien la escucha no puede evitar realizar una serie de MOVIMIENTOS INVOLUNTARIOS. Casi podrían considerarse TICS.
Y SON DISTINTOS EN CADA PERSONA. pic.twitter.com/C144cKIOWt
El profesor Wolfestein recordaba haber leído sobre algo parecido. Se encerró en la biblioteca. Revisó cientos de tratados de ingeniería y matemática.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
No encontró lo que buscaba hasta que, cierta noche, SOÑÓ CON ELLO.
Su recuerdo no procedía de la Ciencia, sino de LA MITOLOGÍA. pic.twitter.com/K29bcOdbe5
LA CAJA DE NA-HÜR.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Según la leyenda, a la que los propios sumerios se referían como algo antiquísimo, los dioses construyeron una caja que "canta cuando se moja", obligando a los hombres A REVELAR SU VERDADERO NOMBRE.
¿A qué se referían con "el verdadero nombre"? pic.twitter.com/Zy3xzO5Bcm
Según la mayoría de las tradiciones mágicas del mundo, todo ser (divino o humano; mortal o inmortal) tiene dos nombres:
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
- El nombre con el que le bautizan al nacer.
- Su NOMBRE VERDADERO, que nadie debería conocer.
Ya que si alguien conoce tu verdadero nombre, TENDRÁ PODER SOBRE TI y logrará SOMETERTE A SU VOLUNTAD.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Por eso tantísimos cabalistas se desvivieron por descifrar el "shem ha-meforash" o VERDADERO NOMBRE DE DIOS, como ya comentamos en este otro #HILO: https://t.co/BO6W3QiMnH
Según las escrituras sumerias, cuando la Caja de Na-hür "cantaba con voz de lluvia" obligaba a bailar a quien la oía...
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
... y las huellas del bailarín "escribían su nombre en el suelo". pic.twitter.com/nupONPz3Z7
Wolfestein llegó a la conclusión de que los sumerios estaban describiendo con metáforas licencias poéticas UNA TECNOLOGÍA QUE NO ENTENDÍAN.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Una descripción que se ajustaba sospechosamente AL ARTILUGIO ENCONTRADO EN LA ANTÁRTIDA. pic.twitter.com/FvbYmzuX3c
Una caja de música que funciona al verter agua ("canta cuando se moja") y obliga a la gente a bailar, revelando su verdadero nombre.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
De ser eso cierto, los movimientos involuntarios que ejecutaban los individuos expuestos a la máquina serían un mapa hacia SUS NOMBRES REALES. pic.twitter.com/irRANfwT4I
EN OTRAS PALABRAS: Los movimientos reflejos de cada persona al escuchar esa melodía, una vez analizados, podrían concedernos un control casi absoluto sobre dichas personas.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Si eso ya es inquietante de por sí, lo que sucedió algún tiempo más tarde es directamente TERRIBLE:
La melodía (y toda la información acerca de ella) cayó en manos inadecuadas por culpa de UN CIBERATAQUE a la Universidad de Pleanville, del que ya hablamos AQUÍ:https://t.co/gHPhEKsHwX
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Y del que volvimos a hablar EN ESTE OTRO #HILO:https://t.co/WPx70Tnjvu
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
La consecuencia de esa tragedia es que un sello discográfico muy conocido, financiado por organizaciones muy desconocidas...
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
HA USADO ESA MELODÍA MALDITA para producir UNA DE LAS CANCIONES QUE MÁS ESTÁN SONANDO actualmente en los medios de comunicación. pic.twitter.com/IgASSwdtKL
No pienso decir aquí de qué canción se trata, porque si aún no la habéis escuchado, no quiero que lo hagáis por mi culpa.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
(Basta decirle a alguien "no hagas esto" para que la tentación de hacerlo sea irresistible)
Pero LA MAYORÍA DE VOSOTROS ya habéis escuchado esa canción.
¿No habéis notado recientemente ese efecto de "la Caja de Na-hür" al escuchar una canción que está bastante de moda?
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
No podéis evitar acompañar la melodía con movimientos casi imperceptibles. Movimientos distintos a los que provoca cualquier otra música. Con un ritmo distinto.
Si has hecho eso, has revelado TU VERDADERO NOMBRE.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Y es muy probable que hayas escuchado la canción en un ordenador, un móvil, una tablet:
Dispositivos con cámaras que han podido grabar y analizar tus movimientos y reacciones. pic.twitter.com/B8zu61wRBJ
Siento ser yo quien te lo diga, pero has regalado tu nombre mágico a una de las organizaciones más oscuras y poderosas del planeta.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Han introducido ese troyano en su cabeza y a partir de ahora, tu vida la controlan ellos.
La tuya y la de otras miles de millones de personas. pic.twitter.com/Qy6OQqI8im
No sé para qué demonios te quieren.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
No sé si formas parte de un ejército que activarán algún día.
No sé si quieren que consumas lo que ellos digan,
que digas en público lo que a ellos les interesa.
No sé si simplemente ejercen su poder para que no hagas NADA.
¿Te has notado raro últimamente?
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
¿Piensas cosas que antes no pensabas?
¿Actúas de maneras que consideras impropias de ti?
¿Te sientes como si vivieras una vida que no es la tuya?
¿Te preguntas por qué ya no tienes fuerzas para hacer lo que realmente deseas?
Mientras tanto, en la Universidad de Pleanville, el profesor Wolfestein se encierra cada día en una cámara acorazada.
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Allí nadie puede ver sus movimientos cuando escucha la melodía.
Y la estudia con la esperanza de poder fabricar otra:
UN ANTÍDOTO EN FORMA DE CANCIÓN. pic.twitter.com/OybPyEneRK
GRACIAS por leer esta historia de #ficción, que pertenece a un micro-universo que te invito a seguir explorando AQUÍ: https://t.co/2radFXP1zR
— Juanjo Ramírez (@ramirezmascaro) 11 de decembro de 2018
Alguno de los lectores ha querido probar suerte a ver si el autor le confesaba cuál era el nombre de la canción:
La melodía supongo que será la de “Auxilio me desmayo”
— JUΛИM11 (@JuanmiNievas7) 11 de decembro de 2018
Sin embargo, lo que más llama la atención es la reacción de las personas que estaban tomado la historia como real:
Menos mal que dice ficción. Ya yo estaba a punto de entrar en crisis.
— Chacón. (@Cheeeicon) 11 de decembro de 2018
No vi lo de ficción. Ya yo estaba vuelta loca también :(
— vero (@iverowhore) 11 de decembro de 2018
Este hilo es ficción ? Porque de ser verdad seria alucinante
— Una no es ninguna (@NegRoox) 11 de decembro de 2018
Por si todavía hay quien cree que no es necesario enfatizar al final del hilo que se trata de ficción...
