“Mezclado no agitado” es una de las frases más míticas del agente 007 y no se refiere a otra cosa que al Martini con Vodka que tantas veces le hemos visto pedir antes de seducir a alguna señorita, con quien más de una vez ha acabado compartiendo champagne en la suite de algún hotel de lujo. Quizá bastaba con ver las películas para darte cuenta de que Bond es un borrachillo, pero resulta que alguien ha hecho un estudio sobre el tema.
Concretamente ha sido el Medical Journal de Australia, pero tranquilos, este no ha sido otro estudio-pérdida-de-tiempo. En realidad forma parte de un pequeño concurso que realizan cada Navidad y que consiste en asignar a personajes ficticios desórdenes reales. Y este ha sido el ganador de este año.
Suficiente alcohol para matar a una persona
“Bond ha mostrado un patrón consistente de abuso de las bebidas alcohólicas en las 24 películas que ha protagonizado a lo largo de seis décadas, con un total de 109 escenas en las que bebe”, explica el estudio. “El punto más alto ocurrió cuando consumió seis Vespers suficientes para matar a algunas personas”. Esta escena tiene lugar en Quantum of Solace, en un vuelo privado, por lo que se puede asumir que siguió bebiendo. El estudio critica la forma en la que esto se ve reflejado en la película: “sus movimientos parecen más lentos, pero habla con normalidad. Su hígado tardaría 24 horas en metabolizar esa cantidad de alcohol y no sería capaz de hablar al día siguiente”. El propio Bond admite su problema en la última película, Spectre. Preguntado por cuánto alcohol consume su respuesta es “demasiado”.
Uno podría pensar que con el tiempo Bond se ha ido moderando, igual que ha pasado de abofetear mujeres a solo tratarlas como a una muñeca hinchable. Pero lo cierto es que no. Mientras que en la década de los 60 Bond bebía una media de 4,8 veces por película, en la década de los 2000 lo hacía 7,7. Al menos en la década de los 2010, con únicamente dos cintas, ha vuelto a una media “más aceptable” de 4,8 veces.
Pero el problema no es únicamente el trabajo que da a su pobre hígado, que no gana para disgustos, también lo que hace después de beber. Si bien lo que más suele seguir al alcohol es el sexo -nada demasiado fuera de lo normal- y pelear, en demasiadas ocasiones ha conducido, normalmente a altas velocidades y ha controlado maquinaria pesado y pilotado helicópteros. En Dr No incluso controló una central nuclear un tanto cocido. Quién iba a decir que Bond y Homer Simpson tendrían algo en común.
La conclusión del estudio es que Bond debería buscar ayuda profesional. “Debería dejar de beber durante el trabajo, especialmente antes de un tiroteo o si cree que es posible que le droguen (problemas que normalmente se encuentra”. Tareas complejas como combate aéreo en helicópteros y la desactivación de armamento nuclear se realiza mejor con un nivel cero de alcohol en sangre".
El MI6 tiene parte de responsabilidad
Pero los autores del estudio también apuntan al MI6 como parte del problema. “Deberían ser responsables y enviar a su empleado a un terapeuta pagado por ellos”. Además, “M debería dejar de ofrecer bebida a Bond en el espacio de trabajo. También debería redefinir su trabajo para reducir el estrés, con un mayor apoyo en el campo y más trabajo en equipo, para que su deber no caiga solo sobre sus hombros y reducir la responsabilidad individual por el éxito de la misión, lo que también reduciría sus impulsos de proseguir misiones fuera del trabajo o vendettas personales”, apunta. “Un mayor entrenamiento en negociar con enemigos reduciría la necesidad de matarlos, por lo que el MI6 debería limitar su licencia para matar”.