De vez en cuando a los jueces les dan ataques de originalidad y deciden innovar en sus sentencias. Un juez Robert George de Missouri, en EEUU, se despertó particularmente creativo cuando decidió condenar a un cazador furtivo a ver... Bambi.
Durante los últimos nueve años, David Berry y sus hijos han matado a cientos de venados, tantos que las autoridades no saben exactamente cuántos han caído bajo sus rifles. Aunque había una motivación económica, la mayoría de veces lo hacían simplemente por ego, de noche, llevándose la cabeza como trofeo y dejando el cadaver atrás.
Ahora pasará un año en prisión con un particular añadido: tendrá que ver Bambi. La primera vez será el próximo día 23, y luego tendrá que repetir visionado al menos una vez durante su estancia en prisión. Aunque probablemente lo peor de esta condena serán las mofas de sus compañeros de rejas. Del mote de Bambi no le libra nadie, aunque al menos no tendrá que ver a Zapatero.
Y es que la secuencia de la muerte de la madre de Bambi, a manos de cazadores furtivos, es una de esas (bastantes) veces en las que Disney olvidó que había niños en la sala, dejando a varias generaciones clavadas en la butaca con un nudo en el estómago:
A esta condena se suma otra de 120 días por la violación de la libertad condicional por el uso de armas de fuego, se le ha denegado la licencia de armas y tendrá que pagar una multa de 50.000 dólares.
En Estados Unidos los jueces son libres de imponer estas peculiares condenas. Por ejemplo, Shane McQuillan fue condenado a pasear durante ocho horas con un cartel que rezaba "soy estúpido" tras empotrar su coche contra las puertas de un centro de tratamiento de aguas, y en 2003 dos hombres que destrozaron un belén fueron obligados a pasear a un burro durante media hora con un cartel que pedía "perdón por la ofensa de gilipollas".