Todos los que hemos jugado con un perro, una de las cosas más graciosas es engañarles un poco, hacer ver que les tiras el juguete y ver cómo salen corriendo detrás de una pelota imaginaria, solo para girarse totalmente desconcertados cuando descubren que no está ahí. De hecho, solo hay que recordar el reto viral que consistía en esconderse detrás de una toalla para desaparecer ante tu mejor amigo.
El mago John Stessel quiso llevar todo un paso más allá, no solo tirando juguetes inexistentes sino directamente realizando trucos de magia que haría que muchos humanos se les quedase la misma cara que a un bulldog francés. Para ello se plantó en un refugio canino y se puso a jugar con sus parroquia.
El número básicamente consistía en atraer la atención de los animales con premios y luego... bueno hacerlos desaparecer delante de sus narices. Un poco cruel es, la verdad, el equivalente a que te pongan una pizza delante y luego le añadan piña. Eso sí, después de grabar los forraron a regalos.
"Es difícil elegir el mejor momento de la actuación", explicaba el mago a Bored Panda. Evidentemente, hubo muchos momentos que no estaban guionizados, al fin y al cabo una de las reglas del cine es no rodar con niños, perros ni Charles Laughton precisamente porque no sabes cómo te van a reaccionar.
"Quizá cuando Luna decidió llevarse mi gorro o cuando Teragon se tumbó sobre su espalda y empezó a bailar".