Agarrar por el cuello a otro ser humano con intenciones agresivas está muy mal y no debe hacerse. Además, te arriesgas a infravalorar a la otra parte y ser tú quien se lleve una buena manta de golpes. Eso es lo que descubrió Daniel Taylor, quien, además se enfrenta a dos cargos por agresión.
Resulta que la camarera en cuestión había sido boxeadora, algo que puede comprobar al recibir varios directos en la cara. Y lo triste es que todo empezó por el motivo más estúpido posible: por una pajita.
Al parecer, lo que sacó tan de quicio al agresor fue no encontrar una pajita en su bandeja. El ayuntamiento de San Petersburgo -Florida, no Rusia- aprobó recientemente una ordenanza según la cual los establecimientos solo pueden dar pajitas de plástico si piden expresamente, como paso previo a su prohibición en 2020. Él, sin embargo, negó la existencia de tal ley y se fue calentando tal y como se ve en el vídeo.
Según explicó la madre de la autora del vídeo en entrevistas a BuzzFeed y al Washington Post, el hombre y la empleada siguieron insultándose unos minutos, y más tarde él comenzó a pedir que la despidieran. Según la policía, cuando el gerente le pidió que se marchase, dio una patada a otro empleado que se encontraba cerca de la salida.
Taylor fue detenido poco después, cuando la policía recibió una llamada denunciando un robo sin armas no muy lejos del McDonalds. Al llegar al lugar, los agentes reconocieron al ladrón del vídeo que ya se había comenzado a viralizar. Evidentemente, fue detenido.
A pesar de las peticiones del angelito -y de que ella fue un poco más allá de la autodefensa cuando siguió golpeando y agarrándole cuando él ya le había soltado-, la empleada no será despedida.