Uno de esos espacios comunes que compartimos aceptando tácitamente algunos axiomas que nadie sabría explicar muy bien de dónde han salido es el que concierne a las nuestras profesiones. Da igual qué tipo de persona haya detrás de un título o un oficio, automáticamente damos por supuesto que saben realizar ciertas tareas y que su carácter es de una manera determinada.
Así, estamos convencidos de que los informáticos tienen que saber arreglar todo tipo de aparatos electrónicos, que los economistas son gente que lleva sus propias fianzas al dedillo y se están forrando el secreto o que los periodistas son seres interesantísimos que lo saben todo sobre todo el mundo y están dispuestos a publicar hasta la más mínima miseria.
Sentimos decepcionar, pero todos sabemos que esto forma parte de la retahíla de tópicos que, si bien se han ido desterrando con el paso del tiempo, siempre suelen reflotar cuando la intención es cachondearse de alguien, el deporte nacional. Y, precisamente, una buena muestra de humor colectivo ha surgido en torno al tuit de Fernando de Córdoba (@gamusino), que lanzaba la siguiente pregunta:
Las respuestas no se hicieron esperar:
Y, para rematar, su reflexión: