En este mundo hay gente con fetichismos de todos los colores. Hay gente a la que le gusta vestirse como un oso de peluche y otros a los que les gusta lamer pies. Respeto para todos ellos. Eso no quita que de vez en cuando haya humanos que sean capaces de hacer cosas muy raras.
Por ejemplo esta imagen que captó el 5 de enero la cámara de seguridad en una casa de Salinas, una población de 150.000 habitantes al sur de San Francisco. La cámara del portero automático captó a un hombre chupando el timbre. Durante tres malditas horas.
Y lo hace con vicio, como si estuviera lamiendo un pezón. El sistema de vigilancia avisó a la dueña de la casa, Sylvia Dungan, quien no estaba en casa. Así, pasó entre las dos y las cinco de la mañana yendo y viniendo al timbre para proceder a lamerlo. Un comportamiento bastante bizarro tal vez inducido por alguna droga.
Aunque no causó ningún daño -"luego te ríes, porque técnicamente no hizo daño a nadie ni rompió nada", declaró Sylvia-, la policía le identificó rápidamente, sorprendiéndose de la gran calidad de imagen, como Roberto Daniel Arroyo.
El hombre ahora se enfrenta a varios cargos, como robar cables de extensión de las decoraciones navideñas, violación de la libertad condicional y por merodear por las casas.