Con la mayor tecnología de nuestras vidas, y la cada vez más creciente inteligencia de los aparatos que nos ayudan en nuestras rutinas, podría pensarse que vemos trasladada dicha inteligencia para que así actuemos con mayor sensatez. Pero, paradójicamente, está ocurriendo todo lo contrario: con la necesidad de atención que provocan las redes sociales existe una inmensa cantidad de personas que se ven urgidas a hundirse en la temeridad solo por más clicks, likes o números en el contador de reproducciones. Porque, ¿a quién en su sano juicio se le ocurriría conducir el coche por una carretera pública llevando los ojos vendados?
El Bird Box Challenge o reto de conducir con los ojos vendados se ha extendido peligrosamente después de que Netflix introdujese la película del mismo nombre (sin el "Challenge") en su catálogo. Traducida al castellano como "A ciegas", y disponible para que la veamos también en nuestro país, la película narra las desventuras de Sandra Bullock ante la amenaza que supone un inexplicable mal que hace suicidarse a las personas que contemplan a las fuerzas extrañas. Sin hacer spoilers, diremos que Malorie, personaje encarnado por Sandra, debe escapar de la amenaza protegiendo a dos niños. Y claro, la única manera de escapar es no ver nada, incluido mientras conduce.
La propia Netflix ha tenido que salir al paso ante la escalada en atención que está tomando el reto viral surgido a raíz de la película. En un tweet de la cuenta estadounidense cargado de estupor la cadena de streaming alerta del enorme peligro que conlleva hacer algo tan profundamente estúpido como conducir con los ojos vendados. Como Netflix dice, parece increíble que haya que decirlo.
Como habrás imaginado, todas las alertas y el sentido común fueron en vano: el Bird Box Challenge sigue en marcha. Y ya ha provocado accidentes, como se encargó de corroborar la policía de Layton, una ciudad del condado de Davis, en Utah. La policía hizo públicas las fotos de un accidente de coche donde un vehículo colisionó contra el lateral de otro. La conductora de ese primer vehículo circulaba con los ojos tapados por su gorro y siguiendo las pautas del Bird Box Challenge: conducir privada de visión. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales.
En conversaciones con Gizmodo la policía de Layton relató que la conductora, una adolescente de 17 años, decidió probar suerte con el Bird Box Challenge y se bajó el gorro a la altura de los ojos para cubrirlos. Le acompañaba una amiga de 16 años, seguramente mientras grababa el reto. Este no duró demasiado: la conductora perdió la orientación y, tras invadir otro carril, impactó contra otro vehículo que no tenía culpa alguna. Además, el coche de la adolescente, un voluminoso pick-up, se chocó contra una farola; que detuvo la absurda peripecia. Nadie resultó herido, milagrosamente.