Big Mac es una de las hamburguesas más icónicas de McDonalds. Sin embargo, la multinacional ahora tiene un pequeño problema dentro de la Unión Europea, y lo ha hecho tras un juicio en el que se enfrentaba a una pequeña cadena de supermercados irlandeses, Supermac, fundada en 1978.
Todo comenzó en 2015 cuando Supermac quiso ampliar sus 100 tiendas y expandirse por el Reino Unido y otras zonas de la UE. Sin embargo, se encontró con que, a pesar de que ninguno de los productos ofrecidos por los irlandeses se llamaba Big Mac, la multinacional usó la similitud entre las dos marcas para bloquear la expansión, impidiendo el registro de "Supermac" en la UE, apuntando a que el parecido podía confundir a los consumidores.
El nombre de la cadena, sin embargo, nada tiene que ver con McDondalds, sino que es el mote con el que se conocía a su fundador, Pat McDonagh, cuando jugaba a fútbol gaélico en su juventud.
Pero la resolución del caso no ha salido como la empresa californiana esperaba, y no solo no han logrado impedir que Supermac registre su marca, sino que además han perdido el derecho a usar el nombre de su célebre hamburguesa. Eso se debe a que en 2017 Supermac pidió que se anulasen el registro de las marcas "Mc" y "Big Mac", acusando a McDonalds de "bullying".
Ahora la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, cuya sede está en Alicante, ha dado la razón a los irlandeses, anulando el registro de estas marcas a nivel europeo -aunque al estar también registradas a nivel nacional, McDonalds no perderá su protección, además de tener la opción de recurrir-.
Sin embargo, esta victoria de los ewoks contra el Imperio Galáctico significa dos cosas: la primera que Supermac podrá expandirse por la UE con total libertad de usar su marca, y que las grandes multinacionales no podrán seguir realizando es a práctica tan habitual de registrar todo tipo de marcas sin intención real de usarlas.
Y de paso, Supermac ha conseguido bastante publicidad gratuita.