No se puede ser ladrón de casas y llevarte una tarrina de helado para hacer el trabajo. No es serio y, probablemente, te acabarán pillado, como a este pobre diablo que pasará a la historia como el caco más dulce y menos prudente de Reino Unido. Se llama Paul Hayman y este pasado 11 de enero fue sentenciado a cinco años y cinco meses de cárcel por cometer cuatro robos en viviendas el pasado verano.
La Policía del condado de Bedfordshire ha difundido este martes la grabación de una cámara de seguridad instalada en una de las casas donde robó Hayman, de 36 años. El hombre, sentado en el patio trasero de una vivienda de Luton donde entró el 28 de junio, se refrescaba comiendo una tarrina de helado tranquilamente para sobrellevar los 30 grados que caían ese día según Daily Mail.
Cuatro días después, la Policía recibió la alerta de otro robo en una propiedad muy cercana a la anterior, donde el caco había olvidado un par de vasos de helado vacíos:
El hombre fue detenido poco tiempo después y comprobaron que su ADN coincidía con el de los tarros de helado. Hasta ese momento, Hayman había logrado hacerse con más de 5.000 libras, algo más de 5.600 euros.