Quien nunca se haya quejado o haya criticado algún servicio de la sanidad pública de nuestro país que tire la primera piedra. Las listas de espera o los tremendos recortes sanitarios que dejan a los profesionales cargados de trabajo y sin los medios necesarios para desempeñarlo de la mejor manera posible son algunos de los blancos más comunes de nuestras críticas.
Sin embargo, lo cierto es que basta darse un paseo por algunos de los países que consideramos desarrollados para darse cuenta de que, a lo mejor, lo nuestro no es tan malo como nos parece. En el caso que nos ocupa viajaremos hasta Estados Unidos, un país donde la sanidad no es pública. O sea que, o te pagas religiosamente un seguro médico, o vas a tener que desembolsar dólares como un loco para la más mínimas prueba.
El tuitero Jaime Bartolomé, diagnosticado de Crohn en 1997, estuvo un año becado en EE.UU. para estudiar cine durante 1999-2000 y ha querido compartir su experiencia para demostrar que no es oro todo lo que reluce y eso que, como subrayó, "mi beca cubría un seguro médico bastante guay":