Las madres son seres sobrenaturales que saben de todo, sin embargo si hay un punto frágil en su omnisciencia ese es la tecnología. Y eso puede desembocar en situaciones un tanto curiosas. Por ejemplo esta surrealista discusión familiar a la hora de la siesta.
Todo comenzó cuando la hermana de la narradora decidió que no seguía pagando Netflix. Algo que puede ser molesto si compartes cuenta pero bastante rutinario. Lo que no es tan rutinario es que tengas que acabar explicando a tu madre que no has dejado sin Internet a todo el pueblo:
Finalmente, hasta Yoigo tuvo que echar una mano:
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