Las "bobadas del patriarcado" han inspirado un polémico vídeo en el que su autora, María Durán, pide perdón a los hombres por la "situación a la que hemos llegado", culpando por ello a "algunas pocas y locas" feministas. Un relato que se asemeja bastante a una campaña alemana que se hizo viral el pasado mes de agosto y que basa su argumento en la idea de que el feminismo señala al hombre como su enemigo, su antagonista vital, una premisa que dista bastante del objetivo de justicia social e igualdad por el que lucha el movimiento.
Sin embargo, es como si la autora diese por hecho que todas las feministas tienen en su casa una diana con la cara de los hombres que se han cruzado en sus vidas y así poder canalizar su ira a base de dardos. Ella solamente quiere pedirles perdón y prometerles que va a hacer "lo que haga falta, a vuestro lado" para acabar con una situación que, sostiene, les está perjudicando: "os necesitamos", implora.
"Es absurdo y espantoso que hayáis perdido vuestra presunción de inocencia", lamenta ante sus interlocutores y explica que esto ocurre por mujeres que quieren "salirse con la suya" o "cobrar una ayuda", pudiéndoles "destrozar la vida impunemente". En tan solo tres frases, Durán se atreve a cuestionar la Ley de Violencia de Género -conviene recordar en este punto que este mismo viernes la Policía ha detenido a un hombre después de hallar el cadáver descuartizado de su pareja en un congelador-, y a darles el mismo valor a las denuncias falsas que a los asesinatos machistas.
La última memoria de la Fiscalía, con datos de 2017, recogía que las condenas por denuncias falsas después de poner una demanda por violencia de género suponían un porcentaje del 0,078 %, siendo un total de 96 en toda España. No obstante, para Durán son lo suficientemente significativas como para sentenciar: "La mayoría no sois El Chicle [condenado por el asesinato de Diana Quer]".
"Solo un hombre podrá rescatarme"
La autora también considera que las mujeres, sin hombres, están incompletas -"sois nuestra otra mitad y no nuestro enemigo"-, y arremete contra eso que el Fary llamó hombre blandengue en aquel casposo momento televisivo de 1984 y que ahora hemos tenido a bien rebautizar como 'nuevas masculinidades'. "No necesitáis que Gillette os diga que ahora tenéis que ser unos petardos", les aconseja en referencia al anuncio en el que la compañía condena cosas tan 'petardas' como el bullying o el acoso callejero.
Tampoco renuncia a cuestionar la capacidad de las mujeres para trabajar como bomberas, mineras o rescatistas, empleos que, aclara, "yo no tengo fortaleza física para hacer". Insiste en que le parece bien ver a féminas en las Fuerzas Armadas, pero precisa que "si algún día tienen que rescatarme, inconsciente, tendrá que ser un hombre".
Por último, Durán les aconseja a ellos que "no escuchéis a esas pocas -aunque desgraciadamente demasiadas-, cuando gritan que nos estáis matando" y les emplaza a seguir siendo 'caballerosos' "Seguid sujetándonos la puerta (...). Seguid diciéndonos algo agradable (...). Un 'te veo estupenda' o 'estás más delgada'". Si ellas no están delgadas y estupendas corren el riesgo, entonces, de no poder cruzar palabra con sus interlocutores masculinos.
Una inspiración sospechosa
El pasado mes de agosto se popularizó en nuestro país un vídeo llamado From women to men -De las mujeres para los hombres-, promovido por Authentic Love Berlin, una plataforma fundada por dos "expertos en relaciones" y "profesores del amor", como ellos mismos se definen en su página web.
Se trata de un relato sospechosamente parecido al de Durán, para poner fin "al círculo de dolor y acusación entre los hombres y las mujeres". De un modo algo más sutil que el de la española, pero no por eso menos chirriante, las mujeres que hablan lo hacen para pedir perdón. Se declaran "heridas por los hombres" y reconocen que también ellas han herido: "Una espiral de herir y culpar".
Así, piden disculpas por ver a los hombres como violadores en potencia, por seducirlos y después no querer sexo con ellos, por no ser claras, por fingir orgasmos, por castigarlos sin acostarse con ellos cuando están de mal humor, por manipularlos o por "abusar emocionalmente de sus hijos": "Nos empoderamos menospreciándote", aseguran.
"Os hemos castrado", concluyen, para rematar pidiendo disculpas. Una generalización peligrosa con la que, de nuevo, se carga a la mujer con la culpa. Otra vez el mismo relato del Génesis, de la manzana de Eva y la expulsión del Paraíso, pero envuelto esta vez en un discurso que basa en una equidad de roles que, por el momento, está lejos de llegar. Y un argumento que, a todas luces, puede haber servido de fuente de inspiración a Durán, cuyo vídeo no deja de sumar reproducciones en YouTube y cosechar críticas y halagos a partes iguales.
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