Nuestra forma de expresarnos en internet nos define. Si antes buscábamos que nuestra pareja fuese atractiva, inteligente y divertida, ahora también exigimos que tenga una buena ortografía. En el inmenso carajal de opiniones y comentarios que contiene internet, saber poner las tildes y las comas en su sitio puede distinguirnos de la masa. Para ayudarnos en este sendero hacia la perfección gramatical, la Fundación del Español Urgente, más conocida como Fundéu, no sólo reparte conocimiento, sino que está dispuesta a atender nuestras constantes dudas lingüísticas.
A la fundación se le pueden mandar dudas a través de su página web, de Facebook, de Twitter e, incluso, por teléfono. Cuenta con, prácticamente, un millón de usuarios al mes que visitan su web. La redacción importa mucho en las redes sociales y, en ellas, la Fundéu es todo un referente: quienes tienen una apuesta, un enfrentamiento dialéctico o quienes han leído una palabra por primera vez, recurren a ella.
EL ESPAÑOL ha tenido la oportunidad de hablar con Yolanda Tejado, que es quien gestiona la cuenta de Twitter de Fundéu, y que ha desvelado cómo es la oficina a donde van a parar nuestras consultas. Esta filóloga hispánica de formación y community manager de profesión asegura que, entre ella y su equipo, resuelven más de 150 dudas al día.
Sin embargo, ella misma dice que prefiere utilizar un nombre en español para su profesión: "Soy gestora de redes o de comunidades. Siempre que haya una palabra en español, es mejor usarla que emplear un extranjerismo. El español es muy rico y hay que esforzarse un poco en buscar una palabra alternativa al inglés. Este término, de hecho, lo propusimos en la Fundéu".
El español de hoy escribe con prisa
Asegura que, de manera inconsciente, su profesión le ha hecho fijarse en la redacción de los mensajes que recibe: "El principal problema de la escritura actual, en cuanto a mensajes se refiere, es la inmediatez. Muchas veces vamos con prisas y cometemos fallos porque nos urge saber algo. A mí también me pasa. En Twitter publicar a tiempo es muy importante y muchas veces detecto erratas antes de enviar un tuit".
En pocas ocasiones se cuela en la cuenta de Twitter una errata, sin embargo, cuando sucede siempre hay un seguidor dispuesto a señalar el fallo. Aunque los trabajadores de la Fundéu son filólogos y periodistas, también sienten la presión antes de hacer clic en el botón de "publicar". "Somos humanos, no somos máquinas. Hay quienes aprovechan una errata para recordarnos que, precisamente nosotros, no deberíamos tenerlas. Otros lo dicen de manera amable e, incluso, admiten que corregirnos les da puntos de ego. En cualquier caso agradecemos que nos avisen de nuestros errores".
En la Fundéu trabajan nueve personas y ninguno de ellos se considera catastrofista. Aunque hay quienes sostienen que los españoles cada vez escriben peor, ellos aseguran que lo que perciben es que cada vez hay más interés en el uso correcto de la lengua. Precisamente, Tejado opina que internet ha fomentado este fenómeno porque ahora la escritura de cada persona es más pública que nunca.
Todavía quedan misterios de la lengua
En ocasiones ocurre que nueve personas no son suficientes para responder a algunas de las dudas más complicadas. La gestora de redes explica que hay algunas que podrían iniciar una tesis doctoral. Para estos casos cuentan con un comité asesor en el que hay miembros de la Real Academia Española (RAE), lingüistas, gramáticos, periodistas e, incluso, un economista. "Vienen cada 15 días y, cuando no hemos conseguido resolver algo, se lo pasamos a ellos. En algunas ocasiones no ha habido consenso y, por tanto, las dudas no se han resuelto. La lengua es mucho más difícil de lo que parece".
Además, la Fundéu también recurre a sus seguidores para acercarse a ciertos usos de palabras. Uno de los últimos términos por los que han preguntado a su público ha sido ghosting. En un principio parecía que el término hacía referencia a la técnica para romper una relación dejando de contestar a mensajes y llamadas.
Sin embargo, cuando colgaron el tuit en cuestión, los comentarios se llenaron de nuevos usos e, incluso, el consejo añadió nuevas acepciones. "Esfumarse, despedirse a la francesa o hacer vacío a una persona. Todavía no hemos llegado a una única conclusión. Cuando terminemos la investigación, publicaremos todo el proceso".
"Intentamos sustituir estas palabras inglesas por equivalentes en español, pero, muchas veces, entre los nueve trabajadores no reunimos todas las acepciones. Por eso, lo más adecuado es preguntar a quien utiliza estas palabras. Sin embargo, si queremos que estas palabras funcionen tienen que ser breves, si no, la gente optará por el extranjerismo".
Así reciben tus dudas en la Fundéu
Los trabajadores de la Fundéu trabajan de manera independiente en su ordenador resolviendo dudas. Sin embargo, cada cierto tiempo saltan a la pantalla algunas dudas que hacen incorporarse a quienes están al teclado. Las más curiosas y las más difícil son tema de debate en la oficina, pero también hay otras que, en ocasiones, les dejan en blanco: las palabras hispanoamericanas.
"Hay palabras que no puedes calificar como incorrectas porque, a lo mejor, resulta que se emplean en una parte de México con normalidad. En estos casos es importante que todos estemos familiarizados con las marcas de uso de los diccionarios". De todas formas, en Fundéu tienen recursos para resolver estas cuestiones. "Utilizamos el diccionario de americanismos, de otros países y, además, tenemos una Fundéu en Argentina y otra en República Dominicana".
El flujo de dudas en la Fundéu es constante. Sus trabajadores se proponen contestar a todas ellas, en orden de llegada y en menos de 24 horas. Cuando se van de la oficina muchas veces quedan preguntas por contestar y, durante la noche, llegan más desde el otro lado del Atlántico, que se acumulan.
"Luego están los fines de semana de guardia. En ellos, le toca a una sola persona contestar todo lo que llega. Hay que aprender a organizarse porque, si no, te pasas todo el día sentada en la silla. Recuerdo los primeros sábados en los que me llamaban para comer y yo decía "sólo una consulta más". Al final se me acababa enfriando la comida".
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