Hace tiempo que Instagram se ha consolidado como la red social de referencia de las empresas para promocionarse. La asociación de publicidad, marketing y comunicación digital en España (IAB Spain) afirmaba en su último informe que hasta un 49% de los usuarios utilizaba esta plataforma adquirida por Facebook. 8 de cada 10 de los encuestados declaró seguir a marcas desde su perfil.
Las redes sociales se alzan en detrimento de los tradicionales medios de comunicación de masa. La inversión publicitaria en las televisiones privadas españolas decreció por primera vez desde hace seis años. Son los datos de InfoAdex sobre 2018 que muestran la cautela de los anunciantes ante la nueva competencia en el sector y el envejecimiento progresivo de los espectadores. La franja de edad que más televisión consume son los mayores de 65 años, con un promedio por persona y día de 351 minutos.
Ante esta perspectiva, las marcas optan por innovar con el particular formato de las historias o stories de Instagram. Éstas se basan en el visionado de vídeos o fotografías de menos de 15 segundos de duración. Debido a la rapidez del sistema, los anunciantes deben adaptarse para atraer inmediatamente la atención del usuario
Esto es precisamente lo que ha hecho Control, la compañía italiana de preservativos. Perteneciente a la multinacional Artsana, fue fundada en una pequeña localidad del cinturón industrial milanés un año después de la muerte de Mussolini. La marca cuenta con una destacada presencia en los países del Mediterráneo occidental. Sin embargo, su cuota de mercado en España se resiente en favor de la británica Durex, como dejaba caer en esta entrevista el propio director de marketing de Control.
Ahora los italianos pretenden adelantar a su principal competidor en Instagram mediante las Fingering Stories, una campaña publicitada disfrazada bajo la excusa de la educación sexual de los internautas. Se trata de historias basadas en el tap o en la interacción con la interfaz del móvil: en ellas se representan determinadas partes de la vulva -entre otras partes de la anatomía femenina- y diversas formas de estimularlas. Por el momento la compañía ha creado destacados -historias guardadas- en su perfil sobre el clítoris, los pezones femeninos y la zona perianal.
Pese a su intento de innovar, puede que una campaña de marketing no sea el contexto más adecuado para aumentar los conocimientos personales sobre sexualidad. Al fin y al cabo, los genitales femeninos son mucho más complejos que lo que pueda mostrar la interfaz de un móvil -así como el sexo real difiere de la pornografía-. En internet existen otras iniciativas más recomendables, como OMGYes. Se trata de una web de educación sexual destinada a hombres y mujeres con el objetivo de alcanzar o provocar mejores orgasmos femeninos. La página ha sido apoyada por personalidades como Emma Watson e incluye vídeos con voluntarios que se alejan mucho de los estereotipos mostrados en el porno.
La masturbación femenina ha roto finalmente con los tabúes que le perseguían históricamente. Una de las escenas de televisión más comentadas de este invierno aparece en Sex Education (Netflix), donde la adolescente Aimee explora su sexualidad sobre su estómago. Esto es algo perfectamente normal en la vida real pero que hasta ahora se enmascaraba o idealizaba en los productos audiovisuales. No es la única serie en romper con la norma: otros referentes como Broad City, Girls, Smilf o Big Mouth han ayudado a desterrar esta imagen falsa de la sexualidad femenina.