Dice el manual de conducta nunca escrito de Twitter que si algo que se refiere a tu persona te enfada especialmente en esta red social lo mejor es no entrar al trapo. Pero es algo que cuesta más a unos que a otros y por lo que el escritor Arturo Pérez-Reverte no se caracteriza.
Pero la mención por la que ha estallado este jueves el padre de Alatriste -que acaba de publicar Una historia de España- toca al escritor en su faceta de periodista e involucra a un antiguo compañero de batallas, Alfonso Rojo, ex corresponsal de guerra en distintos medios, como el propio Reverte, al que acusa de lo peor de lo que se puede acusar a un plumilla: mentir y manipular.
En este caso, sin embargo, no hay mucho espacio para la controversia: los datos apoyan a Pérez-Reverte, aunque en defensa de Rojo se puede decir que la historia es un perfecto ejemplo del concepto "teléfono escacharrado".
Alfonso Rojo enlazaba esta mañana una noticia del medio que dirige -Periodista digital- con el siguiente tuit: "Arturo Pérez-Reverte: 'El momento en que se empezó a joder todo en España, fue con Zapatero". Una afirmación que no tendría demasiada importancia -el escritor no es precisamente conocido por su defensa del expresidente- si no fuera por un pequeño detalle: no lo dijo y así se lo ha hecho saber a sus más de dos millones de seguidores.
El problema es que comprobar si sus palabras fueron esas o no es complicado: habría que haber estado en un coloquio titulado Verdades y mentiras: España en su laberinto, organizado por el periódico ABC y recogido únicamente por este medio, en una crónica firmada por Jesús Álvarez.
El caso es que en este artículo no se hace en ningún momento mención a esa supuesta declaración de Pérez-Reverte. Sorprendentemente, además, esa literalidad que da por supuesto Rojo en su tuit desaparece como por arte de magia en el propio resumen que su medio hace del artículo de ABC, que titula: Pérez-Reverte da a entender que fue con Zapatero cuando se empezó a joder todo en España.
Pérez-Reverte ha publicado dos tuits más sobre lo inexacto de la atribución que le ha asignado Rojo, en los que aprovecha para dar su opinión sobre cierto tipo de periodismo.
En el último de ellos se dirige directamente contra el periodista y se pregunta qué "diablos queda de aquel buen periodista valiente" que conoció hace 40 años en la guerra de Nicaragua.
Como es lógico, los seguidores de ambos han acudido raudos a opinar sobre el beef, pero uno de ellos ha dado con algo que seguro ha hecho revolverse todavía más al académico: un error lingüístico al que directamente ni ha contestado, la colocación de una coma entre el sujeto y el verbo de la frase que Alfonso Rojo atribuye a Pérez-Reverte en su tuit inicial. Quizás lo haga en la próxima pelea.