Más que nunca, esta campaña electoral se juega también en las redes sociales y los candidatos lo saben. Las formaciones políticas les sacan cada vez más partido y ven en Twitter un arma poderosa para contrarrestar el mensaje de los medios de comunicación, crear tendencias favorables a su relato y proyectar la imagen deseada sin más filtro que el de sus propios equipos de comunicación. Eso sí, esto es un arma de doble filo: cualquier patinazo puede ser el último y nadie, absolutamente nadie, se libra de las críticas.
Nada mejor, por lo tanto, que rebuscar en los perfiles de los candidatos para constatar sospechas y llevarse, que también ocurre, alguna que otra sorpresa. En nuestra tarea no hay más pretensiones que trazar un perfil genérico de los cinco cabezas de lista de PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos y Vox -no pretendemos en La Jungla meternos en temas que corresponderían a sociólogos y politólogos-, investigando como lo haría una suerte de vieja del visillo 2.0.
De los cinco, Pablo Iglesias es el que más seguidores tiene en su Twitter (más de 2.266.000) y es, sin embargo, muy poco amigo de devolver el follow (sigue a 2.800). Con la medalla de plata encontramos a Albert Rivera, al que siguen más de 1.110.000 personas. Él hace lo propio con 2.567. Pedro Sánchez ocupa el tercer lugar con más de 998.000 seguidores, pero encabeza el ranking paralelo siguiendo a más de 6.120. A Pablo Casado, en cuarto lugar, le siguen más de 229.000 y sigue a 4.340 y, por último, Santiago Abascal sigue a 3.950 y le siguen más de 202.000.
Dime a quién sigues y te diré quién eres
Lo cierto es que entre los intereses -si podemos dar por hecho que las personas a las que han decidido seguir les interesan en alguna medida-, encontramos varios puntos comunes. Todos ellos siguen a la delegaciones de sus formaciones en otros puntos de España, así como a sus secretarías y a los compañeros políticos. Los periodistas y los medios de comunicación tampoco faltan en sus listas, así como entidades sociales con gran arraigo en nuestro país.
Si ponemos el foco en cada uno de ellos, conforme a las personas que sigue Iglesias -que en un primer vistazo suponen un grupo bastante heterogéneo-, podemos distinguir por encima del resto a sindicatos y colectivos de luchas sociopolíticas, así como medios de comunicación más minoritarios. Con menos presencia del deporte que en el resto de las cuentas de los otros candidatos, el líder de la formación morada sí que da importancia a la cultura siguiendo la pista de artistas como Rozalén o Marwan, grupos como Soziedad Alcohólika, o humoristas como Ana Morgade y Pantomima Full.
El perfil de Albert Rivera es, quizás, el que transmite una imagen más cuidada. Diríamos que su equipo deja poco al azar en el ámbito que nos ocupa. Y es que el político sigue a una muy buena representación de lo que podríamos llamar la Marca España, centrándose, sobre todo, en deportistas (podríamos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que sigue a todos nuestros internacionales). También le gusta Juanes, Lolita, la bailarina y coreógrafa Vicky Gómez o el humorista Raúl Cimas.
El Twitter de Pedro Sánchez es el más institucionalizado. Vamos, que se nota que todavía es el presidente. Sigue puntualmente a las secretarías de Estado, los ministerios, las embajadas y líderes políticos de todo el mundo. Además de los deportistas, en su perfil encontramos un buen número de divulgadores científicos, activistas contra el cambio climático como Greta Thunberg y colectivos feministas. ¿Música? Propuestas tan dispares como Luz Casal y Lori Meyers. Tampoco se corta a la hora de seguir perfiles parodia como @norcoreano o revistas satíricas como Mongolia.
Casado tampoco se queda atrás en formalidad. Puede que no le quede por seguir ni a la sede popular del pueblo más pequeño de España. Eso sí, tampoco se olvida de grandes instituciones como la RAE (es el único de los cinco que sigue a la Real Academia) ni a deportistas tan míticos como Abel Antón o David Meca, o más jóvenes, como la gallega Ana Peleteiro. Llama la atención que, aunque sigue a algunos toreros, para encontrar agentes culturales hay que afanarse. El primero que hallamos es el escritor e historiador sueco Johan Norberg.
Por último, el Twitter de Abascal es exactamente como te lo imaginas, pero sí es destacable que parece no seguir ninguna directriz a la hora de darle el follow a quien le apetece. Vamos, que parece que hay menos intromisión del equipo que en el del resto de candidatos. Así, el líder de Vox sigue a gente tan variopinta como Cárdenas, Miguel Bosé, Rosa Díez, Santiago Segura, Iker Casillas, Juan Carlos Quer (padre de Diana Quer), Luis Alfonso de Borbón y Un Tío Blanco Hetero. Eso sí, no falta la tauromaquia y sigue a muchos toreros, entre ellos Cayetano Rivera y Juan José Padilla.
El pactómetro de Twitter
Vale, todo muy bonito, pero ¿y el cotilleo? ¿Se siguen o no se siguen? A Pablo Iglesias le sigue Rivera, Sánchez y Casado; a Rivera también Iglesias, Sánchez y Casado; al líder del PSOE le siguen Iglesias, Rivera y Casado, y al líder del PP -y aquí entra un cuarto nombre en la ecuación-, le sigue Iglesias, Rivera, Sánchez y Santiago Abascal. Al de Vox, por el contrario, solamente le sigue el popular Pablo Casado.
Vamos, que Abascal quiere practicar en Twitter aquello de "al enemigo ni agua" y todos parecen corresponderle. Casado, sin embargo, es el que mejor guarda los muebles y prefiere ser conciliador, aunque solo ejerza de tal en su rol tuitero. Pero, ¿y qué pasa con sus partidos? Rivera e Iglesias no siguen al PP. Al PSOE lo siguen todos menos Abascal y a Podemos solamente el propio Iglesias, Casado y Pedro Sánchez. A Ciudadanos lo sigue su líder y Pablo Casado y, ojo, a Vox solamente lo sigue Santiago Abascal.
Instituciones y organismos públicos
Nos ha parecido interesante también calibrar la importancia de los principales organismos públicos e instituciones para los cinco candidatos. El pleno al cinco de seguidores se lo lleva la Casa Real, todos ellos siguen al rey Felipe VI. Ni Iglesias ni Abascal hacen lo propio con la cuenta de Twitter de La Moncloa y solo Pedro Sánchez y Pablo Casado siguen al Poder Judicial. Al Congreso de los Diputados solo le resta que lo siga Abascal y al Senado, por el contrario, solo lo siguen Sánchez, Casado y Rivera.
Como curiosidad, ninguno de los cinco siguen a la Fundación Francisco Franco y solamente Iglesias es seguidor de Arnaldo Otegui, tan presente en esta campaña electoral. Puigdemont tampoco tiene mucho éxito, solo le siguen Albert Rivera y Pedro Sánchez. Y, si nos vamos hasta Venezuela (otro de los destinos favoritos de los políticos españoles), cabe señalar que nadie sigue a Nicolás Maduro mientras que los líderes de PP y Ciudadanos sí siguen a Guaidó. ¿Y a Rajoy? Otro pleno al cinco. ¿Y al Papa? Solo Pablo Iglesias.
Indicadores pop
No queríamos finalizar este análisis junglero sin saber si los candidatos eran más de Bertín Osborne o de James Rhodes, dos iconos contrapuestos y perfectamente diferenciados en el imaginario colectivo. Con el primero no hay sorpresa: le siguen Casado, Rivera y Abascal. Al pianista británico afincado en nuestro país que solo regala amor también le sigue el líder del PP además de Sánchez e Iglesias.
Ninguno de ellos sigue a la Biblioteca Nacional, solo Casado a la Real Academia Española -como ya habíamos subrayado-, y el popular repite junto a Sánchez y Rivera si miramos la cuenta de los Premios Goya que no sigue Iglesias. El de Podemos también va de la mano de Abascal una vez más porque son los únicos que no son seguidores del ente público RTVE. ¿Y a Rosalía? ¿Es que nadie va a hablar de Rosalía? Sí, podrá hacerlo el líder de Ciudadanos, el único de este particular club de los cinco. Por cierto, solamente uno de ellos no sigue a EL ESPAÑOL, ¿sabrían decir cuál?
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