Cuando nos topamos con situaciones como la que hoy nos ocupa tomamos consciencia de hasta qué punto el uso de las redes sociales se nos ha ido de las manos. Hemos visto cómo los instagramers ya se han cargado un buen número de destinos turísticos que han tenido que limitar las visitas y el nulo respeto que muestran con sus poses en lugares donde la vida se abre paso a duras penas.
Ahora, los disturbios en Cataluña les han servido como un escenario ideal para sus selfies demostrando que el postureo no conoce ningún límite y todo vale por un puñado de likes. La primera en abrir la veda ha sido una influencer rusa, Fitness Mama, que ha compartido en su cuenta de Instagram un polémico posado con una de las barricadas de fuego a sus espaldas, acompañado de dos vídeos del tumulto violento y una frase: "Barcelona está en llamas":
La imagen de la chica pasó rápidamente a Twitter, donde los usuarios afearon su conducta, pero también descubrieron que no era la única que había caído en la tentación de posar en mitad de los altercados:
De hecho, uno de ellos llegó a encenderse un pitillo en las llamas antes de hacerse la foto de rigor:
La sorpresa es que no todos son turistas, ni mucho menos. Hemos visto en el hilo anterior que muchos son jóvenes que escriben en catalán y muestran su respaldo al procés en sus publicaciones.
Además, tampoco es que sean actores secundarios, sino que incluso los que presumiblemente podrían firmar la autoría de algunos de los altercados no han podido evitar la foto ante su gran obra:
Sería de gran justicia poética que la Policía los identificase precisamente por el posado que les han puesto en bandeja.
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