Quizás si esto hubiese ocurrido durante cualquier otro programa nadie dudaría ni por un segundo de su veracidad, pero en el plató de La Vida Moderna si se levanta un tipo de entre el público, aparentemente alcoholizado, y acaba estampándose contra el suelo delante de las cámaras aun le das un par de vueltas al asunto antes de convencerte de que no se trata de ningún sketch.
El espacio radiofónico que capitanean Ignatius, Broncano y Quequé en Cadena Ser ha tocado techo este lunes y a sus oyentes no les ha podido gustar más. Decenas de momentos memorables en su haber, pero nada como la aparición estelar e improvisada del hombre del público que, según la teoría de Farray, se habría pasado con el licor café.
Se levantó en mitad del programa buscando una salida, con la típica cara de "yo controlo" que hace presagiar lo peor, mientras los cómicos se preguntan qué pasaba ahí e incluso se aventuraban a preguntar si es "una performance". El hombre va dando bandazos de un lado hasta tropezar con el escalón de la tarima y desplomarse en plancha mirando de frente a los presentadores:
El chico se levantó como un resorte con el rostro ensangrentado y enfiló la salida ante la estupefacción de los cómicos y el público, que se debatían entre la risa y parálisis. Su amigo se levantó para aventurarse a decir que se pondría bien y se ganó el vacile de Ignatius, pero el humor en el plató después del incidente no le llegó ni a la suela del zapato a lo que esperaba en Twitter:
Quequé y las propias redes sociales del programa no han podido evitar hacerse eco del batacazo:
Ahora, lo que esperamos fervientemente es que el hombre vuelva a La Vida Moderna -controlando con el licor café, eso sí-, y cuente en qué momento se le fue tanto de las manos.
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