Dejas de ser joven cuando te das cuenta de que aquello que te decían todos era mentira. Lo de que si estudiabas mucho y te esforzabas todo iba a salir bien. Esas frases de que si podías soñarlo, podías hacerlo y demás rollos al más puro estilo Mr. Wonderful.
Cuando intentas acceder al mundo laboral después de todo ese estudio y todos esos esfuerzos para llevarte lo que te corresponde, tu parte del pastel, compruebas que todo era un fiasco. Una especie de señuelo consensuado por los adultos para mantenerte ocupado todos esos años.
Pues bien, si eres de los que han sufrido o sufren en sus carnes la falacia de la meritocracia en nuestro país, el hilo de Hodor! te va a gustar especialmente. Nos narra tres casos cercanos usando las historias de Patxi, Iñaki y Pello.
Por supuesto, con nombres falsos para preservar su anonimato de millonarios discretos:
La primera es la historia de Patxi, el hijo de los médicos:
A continuación, Iñaki, "el tipo de desafió a Silicon Valley" con la pasta de papá:
Y, por último, Pello; el que paga todavía más tarde que la Administración:
Si te has sentido identificado con alguno de los tres, al menos, invita a tus colegas a la cena de Navidad, hombre.
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