Se habla muy poco de uno de los mayores males con los que han llamado a nuestra puerta las redes sociales: los poetas del enter. Esa gente que, no se sabe muy bien por qué, se ha empoderado lo suficiente como para creer que sus poemas merecen ser leídos por miles de personas. Los reconoceréis por su métrica: tres palabras, golpe al intro, dos palabras más, intro y varios espacios antes de finalizar con un monosílabo y creerse vanguardistas. Algunos y algunas incluso consiguen hacerse famosos, vender libros, ganar más pasta que los poetas que llevan años de guardia.
Menos mal que este lunes hemos podido vivir en directo una pequeña reconciliación con la cordura, con la sensatez, con los maestros. Y ha sido gracias al libro de poemas y fotografías que esta presentando el extriunfito Alfred García, Otra Luz (Alfaguara Infantil y Juvenil). Un título en el que, en teoría, el cantante ha querido volcar una especie de cuaderno de bitácora donde narra su experiencia después de OT, su participación en Eurovisión y la grabación de su disco 1016.
Sin embargo, quizás no era el momento o, mejor aun, no debería haber sido el formato. A lo mejor convendría haberle tenido más respeto al verso e intentar paliar el daño desde el relato; pero ya es tarde y Twitter ha ardido durante horas con contundencia por poemas como este Objetivos: "Veo objetivos detrás del cristal, / objetivos en mi cabeza, / de larga distancia, / objetivos que no alcanzan miradas, / miradas con largos objetivos. / Objetivos, / objetivos, / objetivos/ y yo sin objetivo, / solo yo / capturo en silencio / el objetivo / de las horas muertas".
O como estos otros, que fueron el germen de la lapidación colectiva:
Y es que, precisamente, a Alfred lo que le llovieron fueron piedras. Piedras en forma de coplas y epigramas, rememorando todo tipo de cursiladas adolescentes o chascarrillos patrios:
Hubo además quien se molestó en plasmar los versos en las capturas del libro de Alfred creando memes poéticos:
Alfred García permaneció en lo más alto de las tendencias de Twitter durante buena parte del día. Ni siquiera los CM más famosos han podido evitar la tentación:
Eso sí, algunos valientes quisieron echarle un cable, aunque con dudoso resultado:
Una promoción firmada por su enemigo
No obstante, el aluvión de críticas a Alfred no fue el primero que ha cosechado por Otra Luz, sino el segundo. Una surrealista entrevista en La Caja de Música ha suscitado una reacción unánime de estupefacción entre sus fans por sus excesivos silencios, sus titubeos endémicos, su falta de arranque y su exceso de petulancia: "El libro es una isla virgen. Una ciudad romana debajo de Girona", dice en una metáfora que solo sonaba bien en su cabeza.
El resto de sus reflexiones tampoco son para tirar cohetes. De hecho, el entrevistador le pregunta "cuántos silencios esconde este libro" y el autor responde: "¿Silencios? [pausa de 10 segundos] Eh... Sí... Unos cuantos. Sí, son habitaciones; son buses; son las notas del iPhone". Y, como esta, muchas más perlas:
Con todo, parece que Alfred se haya esforzado mucho en cumplir paso por paso el estereotipo que hace un mes parían en Pantomima Full:
Ojalá esto sirva para que los poetas del enter le den otra vuelta y, sobre todo, para que vuelvan los clásicos:
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