Cohetes y fuegos artificiales forman parte de las celebraciones en todo el planeta; pero de un tiempo a esta parte muchas voces cuestionan su uso. ¿Por qué? Su estruendo afecta muchísimo a los perros: ansiedad, miedo, taquicardia y, en los peores casos, incluso llegan a perder la vida. Colectivos y asociaciones animalistas de todo el mundo invitan a administraciones y particulares a evitar el uso de pirotecnia en las fiestas para protegerlos:
Los expertos recuerdan que los perros no tienen la capacidad de racionalizar su ansiedad y puede que la sufran de forma más intensa. Además, los que no tienen la suerte de estar entre cuatro paredes, podrían perder su oído para siempre. No obstante, por motivos que todavía se desconocen, no a todas las mascotas les afectan por igual. De hecho, los que se emplean en la caza, acaban acostumbrándose a las detonaciones.
Eso sí, según un estudio de la Universidad de Bristol, la mitad de los perros urbanos sufren algún síntoma por culpa de la pirotecnia. Días antes de que comenzaran las fiestas navideñas, la aseguradora peruana Rimac ha lanzado una campaña de concienciación que se ha hecho viral en las redes sociales.
Bajo la premisa de que "a lo que algunos les divierte, a otros realmente les afecta", emplazan al público a decir no a los fuegos artificiales con un peculiar experimento:
Bajar las persianas, subir la tele o poner música son algunos de los trucos recomendados para paliar los efectos de las bombas de palenque; pero realmente el compromiso tiene que llegar desde las administraciones. Muchos ayuntamientos empiezan a apostar por los fuegos silenciosos o, simplemente, han prohibido su uso.
Además, cabe recordar que no solo afecta a los perros, sino también a las personas que padecen Trastornos de Espectro Autista (TEA), debido a que tienen un desorden del procesamiento sensorial y perciben los ruidos de forma aumentada.
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