Javier Cárdenas organizó un sorteo benéfico para ayudar con 123.000 euros a la familia de Mara, una niña con una enfermedad rara. Corría el año 2016 y su programa en Televisión Española sirvió para promocionar la rifa que eldiario.es se ha encargado de poner en tela de juicio estos días, asegurando que el presentador se lucró con la venta de billetes y que el premio no era la casa de ensueño que había prometido a la ganadora.
Teresa Pardo había comprado el boleto premiado y, en teoría, había ganado una vivienda con garaje y trastero, además de un cheque regalo de 8.000 euros para amueblarla, según el mismo medio. Todo ello, libre de impuestos, estaba valorado en unos 200.000 euros. En la web promocional del sorteo describían la "vivienda de Cárdenas" como un inmueble ubicado "en una zona vinícola cercana al mar, donde el periodista ha veraneado buena parte de su vida y donde siempre deseaba volver a respirar aire fresco".
La ganadora, en cambio, se topó con un piso de 59 metros cuadrados útiles situado en el Plà del Penedés, un pueblo situado a una hora de Barcelona. La vivienda arrastraba impagos a la comunidad y tenía el garaje inundado y sin luz, un trastero inexistente y unas zonas comunes que habían estado albergando a okupas. Lo acabó vendiendo por 47.000 euros, la cuarta parte de lo que le habían dicho que valía.
Su torpe alegato
Con este panorama, a Cárdenas no le ha quedado más remedio que salir a dar explicaciones sobre lo sucedido y ha escogido su cuenta de Twitter. Sin embargo, lejos de hacerlo con la seriedad y el rigor necesarios en situaciones como esta, ha querido defenderse a su manera. O, más bien, a la manera de los frikis a los que él mismo entrevistaba en los noventa.
Aquí van sus argumentos (presten especial atención al gimnasio —y a los pájaros, claro—):
Después del esperpento, los tuiteros se le han echado encima en masa a pesar de su insistencia con lo cuidado que está el pueblo, con la historia de la iglesia y con el parque infantil y su gimnasio aledaño:
De hecho, muchos de ellos han destacado que Cárdenas ha acabado por convertirse en uno de los personajes de los que él mismo se burlaba con la alcachofa en la mano:
Esperamos fervientemente otra serie de vídeos del interior del inmueble. Además, conviene que alguien le diga a Cárdenas que nadie esperaba un chalet en la Moraleja y que, por supuesto, lamentablemente mucha gente vive en la calle; pero él ha vendido rifas a 10 euros valiéndose de la solidaridad de miles de personas y prometiendo algo que no ha cumplido. Y de eso no lo salvan ni los pájaros.
[Más información: El denigrante tuit sobre una compañera que Cárdenas se olvidó de borrar]