Cuando creíamos haberlo visto todo en esto del mundo de los youtubers llega este francés y hace el más difícil todavía: ganarse la enemistad de todos sus vecinos gracias a su particular gracieta con unas bolitas de gel. La historia en nuestro país la dio a conocer una tuitera, que se tomó la molestia de ir narrando el minuto a minuto de la hecatombe con un éxito contundente:
Pues resulta que el bueno de Cyril Schreiner, el youtuber en cuestión, llenó su bañera con las típicas bolitas de hidrogel de colores que hinchan con el agua para darse un baño cual piscina de bolas de parque infantil. Lo peor ocurrió cuando este genio quiso deshacerse de ellas y optó por abrir el tapón del desagüe sin más.
Y claro:
Bolitas dentro de váter, por el suelo, en la bañera... Colorines sin fin por todos los rincones del servicio que tampoco se fueron al tirar de la cadena, obviamente. De nuevo, nuestro amigo demostró su inteligencia utilizando la aspiradora para sacárselas de encima, algo que logró en parte, pero el mal ya estaba hecho y en el mismo vídeo aparece una vecina diciéndoles que habían aparecido "unas bolas extrañas" en su casa:
Con medio mundo ya pendiente de la trama, el joven siguiendo grabando para convencernos de que a unos metros de su casa las bolitas habían llegado a la canalización de la calle y el problema empezaba a coger tintes internacionales.
Sin embargo, en su vivienda la cosa tampoco había mejorado y puso en práctica el plan C: un desatascador.
Obviamente, tampoco esto le funcionó. La crisis iba en aumento y parecía que los vecinos asistían a una invasión de bolitas por culpa de Cyril. Según el relato del youtuber, incluso el alcalde tuvo que enviar una carta a los vecinos pidiendo calma y avanzando que estaba en marcha una investigación para dar con el culpable:
En el último de sus vídeos, Cyril enseña las pequeñas inundaciones que habrían provocado sus bolitas en el pueblo y la supuesta visita de un policía hasta su casa: "Lo único que me queda por hacer es delatarme", dice, como si no se hubiese estado delatando todo este tiempo en las redes sociales:
El influencer continuó relatando que iría al ayuntamiento a testificar, dramatizando con que "si no escuchas hablar más de mí es que estoy en prisión". Al día siguiente aseguró que iría a ver al alcalde de La Boissière, el pequeño pueblo de Normandía donde vive, para confesarlo todo:
Un fake como una catedral
Algunos tuiteros comentaron rápidamente que se trataba de una historia falseada para ganar popularidad, pero incluso varios medios franceses se hicieron eco de la hazaña de Cyril dándola por cierta, como ocurrió en gran parte de la prensa internacional ávida de virales como este. Con el nombre del youtuber dando la vuelta al mundo, solamente a France Bleu se le ocurrió preguntarle a la fuente más obvia: el alcalde del pueblo.
Michel Patez, que así se llama el buen hombre, atendió al medio de comunicación y relató que las oficinas municipales han recibido numerosas llamadas y correos preguntando por el incidente. Al parecer, según el regidor, los internautas habían descubierto el nombre del pueblo al verlo en la carta falsa que muestra Cyril en su vídeo.
Patez desmiente que haya ocurrido tal altercado: "Las tuberías no están bloqueadas, nosotros no tenemos red de saneamiento colectiva, sino que se trata de una red privada y cada vivienda tiene la suya", informó. Eso sí, el alcalde no presentó una queja contra el chico por todo este barullo porque ha dicho que "el municipio no ha sufrido ningún perjuicio".
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