Es mucho más fácil animar a los amigos a lanzarse en temas amorosos que aplicarnos los mismos consejos a nosotros mismos. Dar ese paso, tirarse a la piscina y confesar nuestro amor por alguien siempre cuesta por miedo a que nos digan que no, a que nos den calabazas. Lo bueno es que ahora, si el golpe es especialmente duro, siempre podremos contarlo en las redes sociales buscando consuelo.
Eso mismo es lo que ha hecho Adrián, un joven al que le gusta una compañera de clase y arriesgó invitándola a tomar algo. El resultado no pudo haber sido peor: la chica no sabía quién era. Así que después del zasca involuntario de Laia, que así se llama la joven, decidió retirarse a llorar a Twitter y compartir con el mundo su vergüenza:
Su hilo logró más de 12.000 retuits y, claro, que Laia se enterase de todo eso era cuestión de tiempo. Así que al día siguiente la joven le escribió por WhastApp a nuestro Romeo:
El chico quería morirse, de nuevo, de vergüenza; pero Twitter hizo su magia y a ella le había hecho gracia el tema, lejos de molestarle. Así que Laia le propuso una cita:
Sin más actualizaciones por parte de Adrián, lo que todavía no sabemos es si habrán dejado su cita para más adelante sin saltarse las recomendaciones de confinamiento para frenar el coronavirus.
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