Entre unos y otros, Twitter se ha convertido en una auténtica batalla campal de la que nadie sale airoso en estos días. Por eso, se agradecen enormemente nuevos debates que nos dividan en bandos bien distintos a los habituales, como ha ocurrido con el que traemos a colación. Una simple golosina, protagonista de la infancia para decenas de generaciones en nuestro país, ha subido a la palestra de la red social.
El culpable ha sido Aarón, un joven valenciano que mantenía una acalorada discusión con su novia y acabó preguntando en la red social cómo conocía el resto del mundo al famoso dulce rosa, ofreciendo dos posibilidades de respuesta. Una, más universal, y la segunda demasiado sui géneris:
Seguramente el joven no se esperaba, ni de lejos, la repercusión de su tuit. Y es que se ha compartido más de 4.000 veces, ha obtenido más de 47.000 favs y ha generado miles de comentarios y reacciones:
El debate estaba servido y, aunque una mayoría aplastante de tuiteros se decantaba por la nomenclatura nube, las respuestas han arrojado algo más de luz sobre el uso inquietante de jamón. Una usuaria salmantina afirmaba que en Salamanca le llaman así:
Y otro perfil confirmaba que en Valencia, efectivamente, también:
Pero es que incluso ha habido quien ha afinado más localizando el uso de jamón ya no solo en un territorio concreto, sino en un tipo de barrio:
"Esponjita" en Andalucía
No obstante, todavía quedaba un giro de tuerca más en el dulce debate al vislumbrarse una tercera vía: la andaluza. Y es que de Despeñaperros para abajo las nubes/jamones tienen un nombre todavía más gráfico:
Si acudimos a la RAE en busca de una acepción de nube, jamón o esponjita que se corresponda con la golosina nos llevaremos un chasco al comprobar que el diccionario no contempla el término. Sin embargo, nos ofrece otros dos: malvavisco y masmelo, muy utilizados en México y países de América del Sur.
Sentando cátedra
Quién le iba a decir a Aarón que aquella pregunta inocente iba a propiciar no solo un intenso y enriquecedor debate en Twitter, sino también la proliferación de decenas de encuestas (más o menos sarcásticas) que se han inspirado en la suya:
Desde luego hay dos cosas en este país que no se pueden poner en duda: la riqueza léxica y nuestro peculiar sentido del humor.
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