El pianista británico afincado en España, James Rhodes, es uno de esos imprescindibles que conviene no perder de vista en las redes sociales. Puede desatar tempestades hablando de política, dejar muy claro que defenderá siempre a la infancia y protagonizar aplaudidas mofas a Vox; sin embargo, de un tiempo a esta parte, sus hilarantes mensajes demuestran que también tiene tiempo para cultivar el noble arte de la gastronomía.
Rhodes llegó a nuestro país haciendo una oda al aperitivo y la merienda, aplaudiendo las largas sobremesas y la dieta mediterránea. Ahora, es él quien se enfunda el mandil para ponerse delante de los fogones. De hecho, él mismo ha confesado que el aspecto de su nevera ha cambiado mucho desde que vive en Madrid porque se ha convertido en un cocinillas.
Una de sus últimas creaciones, además de tener una pintaza estupenda, se ha hecho viral por un minúsculo detalle que ha cambiado por completo el nombre de la receta:
El pobre hombre no tardó en darse cuenta y aclarar que se trataba de pollo, por si a alguien le quedaban dudas:
No obstante, el mal ya estaba hecho y los tuiteros no perdonaron la oportunidad:
Menos mal que el pobre James tiene un gran sentido del humor:
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