Villanueva de Algaidas, un pueblo de la provincia de Málaga con algo más de 4.500 habitantes, era un lugar poco conocido hasta hace algunos días, cuando el espíritu reivindicativo de sus vecinos les ha situado en la portada de los medios nacionales al ostentar un peculiar récord: colocar un total de 300 banderas LGTB por todo el municipio como respuesta a una polémica decisión política.
La movilización, tal y como relatan en el diario SUR, surgió después de que el regidor, José Antonio Cívico (PSOE), decidiese retirar la bandera arcoíris del balcón del consistorio por las quejas de varios vecinos y, en concreto, por el escrito firmado por David Granados, un edil de la oposición que hasta el pasado mes de febrero militaba en las filas del Partido Popular y ahora figura como no adscrito.
En el documento, el concejal pide la retirada de la bandera encontrando amparo en una sentencia del Supremo que prohíbe instalar una bandera no oficial en el exterior de los edificios públicos. "Para evitar polémicas", Cívico decidió retirar el emblema que llevaba dos años luciendo en el balcón porque "no queremos más problemas con este tema", explicó.
Así lo comunicaron en su cuenta oficial de Twitter:
Después del anuncio, los vecinos empezaron a organizarse y algunos, como narra el mismo periódico, incluso volvieron de sus domicilios fuera del pueblo para urdir el plan. Es el caso de Antonio Carlos Alcántara, nacido en Villanueva pero residente en Torremolinos, que volvió con 300 banderas bajo el brazo.
"Cogí mi coche y fui para allá a repartirlas. No paraban de llamarme vecinos para que les llevara algunas. Todo el pueblo se ha volcado", relata. Por supuesto, la iniciativa vecinal no tardó en llegar a las redes sociales, donde se hizo viral al instante y suscitó un aplauso unánime:
Por su parte, el concejal que pidió la retirada de la banderola del balcón municipal aseguró a SUR que no fue "en contra de nada ni de nadie", sino que simplemente buscaba "que se cumpla la ley". Avanzó que habría hecho lo mismo "con cualquier otra bandera que no sean las oficiales" y apoya, no obstante, la iniciativa vecinal: "Me parece perfecto que cada cual ponga la bandera que quiera en el ejercicio de su libertad, pero en los edificios municipales hay que garantizar el nivel de objetividad y neutralidad".
El vecindario multicolor de Villanueva sigue creyendo que, a pesar de todo el lío que se ha montado, "aunque sea legal quitarla, es una bandera que no hace daño a nadie, solo reivindica que puedes amar a quien quieras", como comentó al mismo medio Miriam Granados, una de las vecinas que han convertido al pueblo malagueño en un emblema del Orgullo.
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