"Se nos está quedando un país precioso", escribió el pasado sábado la periodista Ana Pastor en su cuenta de Twitter. Citaba la noticia de La Sexta en la que se informaba del escrache sufrido el viernes por Juan Carlos Monedero en un bar de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, donde fue increpado al grito de "maricón de mierda" y "comunista cabrón".
Aunque el fundador de Podemos aseguró después que echaron a sus agresores antes de que él se fuese del local, lo cierto es que los atacantes le animaban a abandonarlo diciéndole "vete a tu puta cloaca". El vídeo, subido a las redes sociales, no tardó en popularizarse y volver a generar debate en torno al tan manido término "jarabe democrático", el mismo que empleó en su momento Pablo Iglesias.
En este contexto Pastor publicó su tuit, suponemos que con la mejor de las intenciones:
Sin embargo, como ella no es la única que sabe tirar de la maldita hemeroteca, un tuitero se encargó de recordarle que en marzo de 2015 calificaba de "escrache" y, por lo tanto, legitimaba de alguna forma que hubiesen echado a un político de un pub en Londres donde comía junto a su familia:
Se trataba del político Nigel Farage, del Partido de la Independencia del Reino Unido, que estaba con su mujer y sus hijas de 10 y 15 años. Aparecieron en el local decenas de manifestantes disfrazados que incluso llegaron a subirse al coche del vehículo del político cuando abandonaban el lugar. Declaró, en aquel momento, que sus hijas menores habían pasado "miedo".
La aparente incoherencia de Pastor indignó a decenas de tuiteros que afearon que su vara de medir no fuese la misma dependiendo de quién es la persona víctima del ataque o el escrache, según se mire, y le han recordado que no habría sido tan crítica cuando Cristina Cifuentes, siendo presidenta de la Comunidad de Madrid, recibió durísimos insultos en plena calle:
Incluso la propia Cifuentes apareció para responder a Pastor:
La periodista también había lamentado anteriormente los insultos que recibió la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a la salida de un acto en Toledo.