Dentro del inventario de cosas maravillosas que hacen eternos a los abuelos hay una que sobresale por encima del resto: sus habilidades ninjas para darnos dinero sin que nuestros padres se enteren. Más común en las abuelas, se trata de algo realmente curioso: ¿por qué no nos lo daban delante de nuestros padres? ¿Cómo conseguían escabullirse para que éstos no se enterasen? ¿Formaría parte de un plan premeditado para generar aun más complicidad con nosotros?
Sea como fuere, lo cierto es que cuando estabas con tu abuela y tocaba despedirse se ponía en acción. Desaparecía para ir hasta el bolso y coger la cartera (eso lo descubrías después, claro) y volvía apretando mucho el puño y con miradas esquivas. Así, se preparaba para aprovechar el mínimo descuido de tus padres y te lo metía en la mano: "Toma, para una Coca-Cola". "Que no, abuela, que no hace falta". "Calla, niño, no digas nada".
Daba igual que fuesen 5 euros o 20, siempre era para "una Coca-Cola", según ellas, aunque te pudieses tomar 15. Tus padres vivían en la ignorancia y ella te guiñaba un ojo cuando cumplía con la misión tal y como la había planeado. Lo más curioso del asunto es que, en muchas ocasiones, el teatrillo se prolongaba durante buena parte de nuestra vida adulta.
"El arte de pasar dinero"
Esta misma semana un tuitero ha elevado la técnica al rango de arte y, a juzgar por la fotografía que compartió en Twitter, no seremos nosotros los que digamos que su abuela no es una verdadera artística. Y es que ella ha depurado tantísimo el método que ha llegado a sorprender a su propio nieto:
Y el resto de tuiteros no han podido sino darle la razón y recordar también cómo sus abuelas hacían exactamente lo mismo:
Aunque puede que este gesto solamente se haya popularizado entre las abuelas españolas: