Pablo Iglesias ha sido el protagonista indiscutible de la sesión de control al Gobierno de este miércoles en el Congreso de los Diputados. La oposición se ha cebado con él al tiempo que ha pedido explicaciones al Ejecutivo de Pedro Sánchez por mantenerlo en su cargo de vicepresidente cuando se encuentra bajo la sombra del indicio de delito en el caso del ya famoso robo de la tarjeta del móvil de su exasesora Dina Bousselham.
Una de las más duras con Iglesias ha sido la diputada de Vox, Macarena Olona, que le llamó "matón" y "coletas" desde el estrado sin cortarse ni un pelo. Empleando un tono de voz suave y dulce, contenido, las palabras que salían de su boca eran más bien todo lo contrario, sonando amenazantes y, a ratos, macarras. De hecho, el vicepresidente segundo le contestó después en un registro muy parecido que llamó mucho menos la atención.
El rifirrafe que han mantenido ambos ha despertado una oleada de reacciones en las redes sociales y la división, una vez más, de los tuiteros entre los que creen que Olona le dio un zasca a Iglesias y aquellos que opinan lo contrario. Con todo, el cruce de reproches ha sido más propio de la calle que del Congreso, aunque a todo nos han acostumbrado nuestros queridos diputados.
"El auténtico coletas"
Olona empezó su intervención en plan pendenciero: "Señor Iglesias, ahora que lleva la nuca más despejadita, ¿lo nota? Es el aliento de la Justicia", espetó ante la incredulidad de la mitad de la Cámara y las risas de los suyos. No dudó en llamar a Dina "concubina judicial" ni en acusar a Podemos de atacar a los magistrados de la Audiencia Nacional, amenazarlos y coaccionarlos en una operación sin precedentes.
"Usted es un auténtico matón porque practica el matonismo político. Me da igual lo que tenga que decir porque la realidad, señor Iglesias, es que usted no me engaña. Ni engaña a Vox", advirtió la diputada, concluyendo que "ni ese tono contenido ni ese moño podrán esconder al auténtico coletas: el que aspira a aparecer en los telediarios con chándal bolivariano".
En su réplica, Iglesias reiteró que "condenamos todo tipo de amenazas, vengan de donde vengan y se dirijan a quien se dirijan", explicando que "a propósito de las amenazas al juez García Castellón, varios analistas de redes sociales han demostrado que esas amenazas vienen de cuentas vinculadas a la extrema derecha y a ustedes. Y le aseguro que el Ministerio del Interior lo está investigando ya".
Al vicepresidente le llamó la atención que Vox hable de amenazas después del lamentable espectáculo con el "primer aviso" que lanzaron en Twitter y la fotografía que, posteriormente, se sacó la propia Olona en la estatua de Largo Caballero en la que unos vándalos habían puesto "rojos no, asesinos". Citó también las palabras de Abascal cuando dijo, en referencia al Gobierno, "que dimitan o que se preparen".
"En realidad, todas esas amenazas orales por su parte lo que revelan es una enorme frustración y grandes complejos por parte de sus señorías. A ustedes les gustaría ser terribles fascistas, pero no pasan de acomplejados reaccionarios", dijo Iglesias, la misma frase que resaltó en sus redes sociales para compartir el vídeo de la respuesta a Olona:
Ella, por su parte, también quiso destacar un fragmento de su intervención: el de los descalificativos a Iglesias.
Mientras, en Twitter se sucedían los nombres de ambos políticos en la lista de tendencias al estar dividida la red social entre los que aplaudían a una...
...y los que aplaudían al otro:
La foto más lamentable
El pasado 10 de octubre, el ministro José Luis Ábalos denunció a través de su cuenta de Twitter las pintadas en la estatua que el socialista Largo Caballero tiene en Madrid. Precisamente, su figura fue una de las cuestionadas por la Ley de Memoria Histórica a instancias de Vox, que consiguió el respaldo para retirarle calles y monumentos.
Ábalos escribió que aquello "no es un acto vandálico más, es un acto con implicación ideológica y de incitación al odio", señalando que "no es casual que estos ataques a la memoria de Largo Caballero coincidan con la reaparición de la ultraderecha. Quienes gobiernan gracias a Vox no pueden ser cómplices con su silencio".
Lejos de mantenerse al margen, desde Vox entraron al trapo; pero de una forma que nadie esperaba al más puro estilo camorrista:
Su amenazante "primer aviso", al que hacía alusión Iglesias en el Congreso, no se quedó ahí y dos días después fue Macarena Olona la que, en mitad de la concentración convocada por la formación de ultraderecha en Madrid, posaba así delante de la estatua:
Malos tiempos para el parlamentarismo.