Minutos antes de las once de la noche del 8 de diciembre de 1980, en el edificio Dakota de Nueva York, Mark David Chapman disparó cinco veces por la espalda al músico británico John Lennon acabando con su vida prematuramente delante de su mujer, Yoko Ono. El exmiembro de los Beatles, esa misma tarde, le había firmado una copa de Double Fantasy al que sería su asesino. No hubo funeral, su viuda esparció sus cenizas por Central Park y allí se crearía más tarde un monumento a su memoria: el Strawbery Fields.
Por sus ideales y su creación artística Lennon estaba llamado a ser un mito, pero su muerte con 40 años aceleró el proceso. Por eso este martes, cuando se cumplían cuatro décadas desde su asesinato, las redes sociales se han encargado de recordarlo por todo lo alto y han sido muchos los personajes públicos que se han unido al homenaje, entre ellos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Sánchez le dedicaba desde su cuenta de Twitter unas cariñosas palabras, asegurando que "sus canciones siguen siendo bandera de quienes reivindican un mundo mejor", recordando que "nos arrebataron al músico, pero nos queda su mensaje, su voz" y con el deseo de que ambas cosas sirvan para "seguir imaginando y luchando por la paz, la igualdad y la justicia":
Aunque el mensaje de Sánchez estaba repleto de buenos deseos, lo cierto es que no ha sentado nada bien a sus críticos que se acordase de la efeméride de la muerte de Lennon y obviase por completo el motivo por el cual el país que preside celebraba ese mismo día un festivo: la Inmaculada Concepción, patrona del ejército.
El milagro de Empel
Desde los reyes visigodos ya se veneraba en España a la Inmaculada Concepción; pero fue a raíz de los reinados de Carlos I y Felipe II cuando se elevó esa devoción a cuestión nacional. En 1585 tuvo lugar la Batalla de Empel, también conocida con el nombre de Milagro de Empel, durante los días 7 y 8 de diciembre en el marco de la Guerra de los Ochenta Años.
En ella, un tercio del ejército español, el Tercio Viejo de Zamora comandado por Francisco Arias de Bobadilla, derrotó en condiciones muy adversas a la gran flota de los rebeldes de los Estados Generales de los Países Bajos. Se consideró que la Inmaculada había intercedido en la victoria y por eso fue proclamada patrona de los Tercios españoles, actual Infantería; pero no fue hasta 1644 cuando la festividad se consideró fiesta de guardar en todo el Imperio español.
Tiempo después, en 1760, la súplica de Carlos III consiguió una bula del papa Clemente XIII donde se proclama a la Inmaculada patrona principal de España e Indias. El patronazgo de los ejércitos se consolidaría el 12 de noviembre de 1892 al solicitarlo el Inspector del Arma de Infantería del Ejército de Tierra de España y conseguir que por real orden de la Reina Regente María Cristina de Habsburgo se declarase "Patrona del Arma de Infantería a Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción".