Hay objetos que han tenido la capacidad de hacerse un hueco por sí solos en los hogares hasta convertirse poco menos que en uno más de la familia. La democratización de la fabricación de electrodomésticos que ha ido explotando de los noventa a esta parte quizás haya terminado de poner la puntilla al nacimiento de estos cacharros prácticamente eternos que se reían de la obsolescencia programada desde el mismo rincón donde nos vieron crecer.
Uno de ellos es, sin lugar a dudas, el exprimidor Citromatic MPZ-2 con el que Braun conquistó los hogares de medio mundo. El electrodoméstico con el que millones de españoles se han hecho (y alguno siguen haciendo) su imprescindible zumo de naranja para desayunar. Un producto que sigue comercializándose, aunque con muchos cambios y peor calidad, también hoy en día.
El tuitero Nacho MG (escritura, audiovisual, fotografía) ha hilvanado un hilo en Twitter dedicado a la "maravillosa e icónica" Citromatic MPZ-2. Un puñado de tuits contando su historia, sus virtudes y su evolución que ha dejado al personal boquiabierto, sobre todo, porque prácticamente nadie sabía que había sido diseñada por el catalán Gabriel Lluelles.
Nacho comenzó relatando su propia historia con la Citromatic que se parece mucho a la de cientos de miles de personas:
Tampoco ha escatimado en elogios...
...y ha ofrecido varias pinceladas de la historia de la firma alemana y su mítico diseñador Dieter Rams:
Fue en 1962 cuando Braun llegó a España, tal y como continúa narrando Nacho, y he aquí el dato que pocos conocían al establecerse en Cataluña:
Fue en 1970 cuando salió al mercado el exprimidor con el que nos prometían un "manantial de salud":
El relato no acaba aquí ni mucho menos, ya que el tuitero ha querido desgranar también qué ha sido de este electrodoméstico en la actualidad:
Como colofón, nada mejor que un brindis con zumo de naranja recién exprimido:
Basta con echar un ojo a algunos de los muchos comentarios que ha suscitado el hilo para darse cuenta de que son muchos los que se han sentido identificados con el fanatismo de Nacho:
Ya no se fabrican cacharros como los de antes, que dirían nuestros abuelos.