A estas alturas ya habrán visto decenas de veces el vídeo que un tal Alfonso, suponemos que cegado por la euforia del momento, compartió en sus stories de Instagram. Apenas 10 segundos en el que el plano vertical recorre el interior del Teatro Barceló de Madrid donde muchos jóvenes saltan al ritmo de la música, vociferan y sonríen en la discoteca sin que se vean ni mascarillas ni distancias de seguridad. De hecho, las imágenes podrían parecer de esa antigua normalidad que tanto añoramos; pero no.
Corresponden a una fiesta sin límites que se ha celebrado en el local madrileño en el segundo día consecutivo que España bate el triste récord de casos de coronavirus, con más de 44.000 contagios y 404 muertes. Pero a Alfonso —que ya ha eliminado su cuenta de Instagram— y a sus amigos parece no importarle demasiado lo que está ocurriendo más allá de su celebración.
Fue un periodista el que dio la voz de alarma en Twitter. Miguel Frigenti ha relatado a EL ESPAÑOL que "había tres vídeos en los que había gente bailando, bebiendo, sin mascarillas y pasando como si nada. Una de las historias era recompartida por otra usuaria, una chica muy joven, y salía en el mismo lugar con dos chicos haciendo el tonto, sin mascarilla ella y uno de los dos, el otro con una mascarilla negra pero en la barbilla":
Con estos mimbres no es de extrañar que la red social se fundiese en un sonoro abucheo dedicado a los irresponsables:
Los cayetanos otra vez
La maquinaria tuitera se puso a funcionar y supimos rápido que el tal Alfonso era un nostálgico del régimen, que no vivió, gracias a sus fotos en el Valle de los Caídos y fue la diputada socialista en la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli, la que quiso recordar que en ese mismo Teatro Barceló se celebró un acto de Vox en el que se atacó a la comunidad LGTB:
Total, que para la mayoría de los tuiteros estaba claro que esto había sido obra de los cayetanos. Ese prototipo de pijo madrileño votante de derechas al que la izquierda empezó a bautizar así por obra y gracia de la canción de Carolina Durante y que alcanzó su máximo apogeo durante las protestas de los barrios acomodados de Madrid en la desescalada.
Por eso cayetanos logró escalar puestos en la lista de tendencias por comentarios como estos:
E, incluso, por inspirar un puñado de memes:
Y es que ganas de divertirnos como antes nos sobran a todos; pero la situación no está, ni de lejos, para jugársela en una fiesta así.